Salir al campo con el propósito de recolectar plantas silvestres que resulten de utilidad para completar o enriquecer la alimentación, o ambas cosas, resulta algo más que un pasatiempo divertido, puesto que, sin lugar a dudas, en la actualidad, también comprende aspectos lúdicos debido a las diversas perspectivas que abarca esta actividad.
La recolección de alimentos vegetales a partir del medio natural para la alimentación humana experimenta un vigoroso resurgir en los países de nuestro entorno sociocultural, impulsada por un creciente interés en la salud, el medio natural, la ecología, y no cierta falta de confianza en los medios industriales de producción vegetal.
Sin embargo, en España, realizando un estudio entre los habitantes de las poblaciones de La Vega del Segura se descubre que estos usos generan desinterés y que la población depositaria del empleo tradicional de las plantas silvestres se halla envejecida, lo que junto con los modernos usos agropecuarios que buscan eliminar los vegetales que no ofrecen interés económico, permite prever la extinción de estos conocimientos en muy breve.
El ámbito geográfico donde se ha realizado el estudio es Vega del Segura de la Región de Murcia, integrada por los siguientes municipios y entidades municipales: Abarán (excepto la pedanía “El Boquerón”), Alguazas, Archena, Blanca, Ceutí, Cieza, Lorquí, Ojós, Ricote, Ulea, Villanueva del Rio Segura y las siguientes pedanías de Molina de Segura: La Albarda, Alto Campotéjar, Bajo Campotéjar, Comala, La Espada, Fenazar, La Hornera, La Hurona, El Rellano, Los Valientes.
El interés de las plantas silvestres comestibles comprende las perspectivas etnobotánicas e históricas, debido a su empleo en la medicina y en salud pública, a causa de sus propiedades nutricionales y farmacológicas; Más modernamente, pueden desempeñar un papel en el desarrollo de estrategias en los espacios verdes urbanos y periurbanos, dispuestas en la primera línea en la lucha contra el cambio climático, la huella del carbono, y el ciclo del agua; Además, también se hallan implicadas en la producción de alimentos y en la conservación de la biodiversidad.
La incorporación de los jardines forestales comestibles en los espacios verdes urbanos, en la actualidad dominados por céspedes, y en los periurbanos, actualmente dominados por pinos, reforzarían diversas posibilidades de importancia para la salud, pues las características de estos espacios se relacionan con diversas condiciones de salubridad y bienestar, tanto desde una perspectiva biológica como psicológica.
Conclusión: este trabajo permite entender que la creación de zonas verdes, tanto intraurbanas como periurbanas con objeto de que los ciudadanos tengan ocasión de mejorar su calidad de vida y su salud, puede enriquecerse añadiendo el concepto de “bosque comestible”, enfocado mediante el concepto del uso y la gestión de espacios verdes urbanos hacia el jardín forestal comestible.
Tales jardines, basados en principios agroecológicos, son uno de los modelos más prometedores para la producción de alimentos públicos ecológicamente sostenibles, y pueden suponer una posible aportación seria para la sostenibilidad urbana y la biodiversidad. El aumento de la urbanización, los desafíos ecológicos como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, y los trastornos relacionados con el estrés a nivel mundial representan una gran amenaza para la salud pública. Es por ello que la inclusión de los jardines forestales comestibles en espacios verdes urbanos es una propuesta capital derivada del estudio.
Entre las principales características de los jardines comestibles se hallan:
- Son un ecosistema biológicamente sustentable capaz de resistir perturbaciones y estrés; como el cambio climático, por ejemplo;
- Es productivo, generando gran cantidad de diversos productos;
- Requieren muy baja manutención;
- Provén soberanía alimentaria;
- Ayudan a regenerar la dinámica natural y son un nicho para la vida silvestre, donde interactúan las plantas.
- Son el ecosistema más estable, sustentable, y cuyo desarrollo es natural, por lo que resulta ideal para combatir la degradación que actualmente se produce en los espacios naturales.