HORMESIS. QUÉ NOS DICE SOBRE LA SUPLEMENTACION (PARTE III, y final)

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Definido ya el concepto de hormesis, y conociendo su significado e implicaciones en la fisiología y metabolismo de nuestro organismo, así como su efecto en la salud de las personas, podemos resumir que existe un mecanismo común entre la actividad física, el ayuno o restricción calórica intermitente y el consumo de plantas ricas en fitoquímicos horméticos, que van a determinar una respuesta metabólica adaptativa común, en el que ante una alteración de la homeostasis, el cuerpo responde poniendo en marcha una reacción protectora adaptativa ante el estrés, con el fin de reparar rápidamente el daño  y restaurar la homeostasis.

Como consecuencia de la respuesta adaptativa se reduce el estrés oxidativo, se mejora el metabolismo energético celular, se reduce la inflamación, así como la lesión al ADN, mecanismos que en su conjunto favorece la resistencia ante las enfermedades del organismo[i]. Estos mecanismos determinan un cambio metabólico hacia el metabolismo graso y producción de cetonas (ketone)[ii].

A lo largo de diferentes estudios llevados a cabo por M.P. Mattson, V.D. Longo, T.N. Seyfried y otros, tres tipos de regímenes alimentarios experimentales diferentes se han valorado: (i) restricción calórica, (ii) restricción calórica intermitente, con ayuno total o gran reducción calórica de 500 cal./d. de modo intermitente, por ejemplo 2 días a la semana, y (iii) alimentación restringida en el tiempo (time restricted feeding) , en el que los alimentos son ingeridos en un periodo limitado de 6 a 10 h durante la parte activa del día.

En lo que al consumo de plantas ricas en fitoquímicos horméticos se refiere, hemos visto con anterioridad (parte I) que, al igual que muchos otros animales, los homininos evolucionaron con la habilidad de consumir una amplia gama de plantas silvestres, muchas de las cuales contienen sustancias químicas que ejercen un efecto nocivo sobre las células (fitoquímicos). Estos pesticidas y sustancias disuasorias hacia los insectos, bacterias, hongos, etc., activan reacciones adaptativas celulares ante el estrés de características bifásicas, la hormesis, mecanismo de la plasticidad biológica, en el que ante una alteración de la homeostasis al ingerir estas pseudo sustancias tóxicas de las plantas, el cuerpo responde poniendo en marcha una reacción protectora adaptativa ante el estrés, con el fin de reparar rápidamente el daño y restaurar la homeostasis. A nivel molecular, esta reacción adaptativa celular ante el estrés, supone la expresión aumentada de encimas antioxidantes presentes en el interior de las células[iii]. La evidencia sugiere que la habilidad de tolerar pequeñas cantidades de fitoquímicos de sabor amargo de características nocivas, benefició a los animales que las ingerían al poder asimilar los hidratos de carbono, proteínas, grasas y otros nutrientes que se encuentran en las plantas, sin consecuencias adversas.

Importante destacar que se trata de un mecanismo que se desencadena ante pequeñas cantidades de fitoquímicos que se encuentran en los alimentos naturales. MP Mattson nos destaca que nos encontramos con frecuencia ante “el mito de que la ingesta de vitaminas antioxidantes puede sustituir el consumo de frutas y verduras. Estudios recientes placebo-control de vitaminas en sujetos humanos refutan este mito; de hecho, recientes resultados sugieren que las sustancias químicas en frutas y verduras que son buenas para la salud, actúan más bien al inducir una respuesta adaptativa ante el estrés (respuesta hormética).

“El sentido común es que es la acción antioxidante directa (eliminación de radicales libres) de los fitoquímicos la que les confiere su papel beneficioso para la salud. En muchos casos (resveratrol, licopenos, etc.) estas sustancias químicas poseen actividad antioxidante. Sin embargo, estos fitoquímicos son tan solo efectivos como antioxidantes cuando están presentes en concentraciones supra-micromolares. Por lo tanto, es imposible para los humanos ingerir las frutas y las verduras que contienen estos fitoquímicos en cantidades suficientes para alcanzar la concentración micromolar en el interior de las células del cuerpo. Hemos comprobado al estudiarlo que existe una relación dosis-respuesta bifásica para muchos fitoquímicos (bajas dosis tienen efectos beneficiosos y altas dosis tienen un efecto tóxico), lo que descarta un mecanismo de acción exclusivamente antioxidante. Aún más, resultados de estudios epidemiológicos y ensayos clínicos no han conseguido demostrar los efectos beneficiosos de los suplementos dietéticos con antioxidantes tales como la vitamina E y C (Williams and Fisher, 2005)”[iv]

“Hormesis …, esto nos lleva a una realidad cada vez más compleja de la interacción entre los radicales libres y los antioxidantes. Curcumina no actúa directamente neutralizando los radicales libres. Antes bien, atrae enzimas y otras tropas de reserva que protege contra estas moléculas. Este proceso finamente sincronizado puede explicar porque los suplementos de antioxidantes a menudo se muestan ineficientes o incluso dañinos”.[v] “El umbral exacto para determinar a qué dosis una reacción tóxica se pondrá en marcha puede variar de un individuo a otro, lo que dificulta el uso de hormesis como base para un uso terapéutico”.

Tambien E.J. Calabrese (especialista en hormesis y sus mecanismos) nos recuerda, “Aunque la curcumina es un producto natural, esto no implica una falta de problemas de seguridad. Los efectos tóxicos de la curcumina por su interacción con las enzimas que metabolizan algunos fármacos se han abordado recientemente por Mhillaj et al. Además, la curcumina se ha demostrado que es responsable de enfermedades hepáticas graves (www.salute.gov). Estos hechos, junto con la recomendación de la Agencia Científica Europea de Alimentos (EFSA) relativas a la falta de evidencia científica lo suficientemente fuerte como para justificar la suplementación con curcumina en personas con enfermedades inflamatorias (por ejemplo, osteoartritis, artritis reumatoide, etc.), plantean la cuestión de un uso innecesario de curcumina tanto en sujetos sanos como en ancianos.”[vi]

RESUMIENDO. PUNTOS A DESTACAR:

  • El ser humano, en su evolución, ante diversas eventualidades ante las que se iba encontrando, de características muy diversas como la actividad física, la baja ingesta calórica periódica, y el consumo de alimentos de origen vegetal como plantas, frutas, semillas, granos, tubérculos, etc., desarrolla un mecanismo común que activa reacciones adaptativas celulares ante el estrés de características bifásicas, la hormesis, mecanismo de la plasticidad biológica, (bajas dosis tienen efectos beneficiosos y altas dosis tienen un efecto tóxico), para muchos fitoquímicos.
  • En lo que a los alimentos de origen vegetal se refiere y la hormesis, no se trata de un efecto antioxidante per-se, sino que la reacción adaptativa desencadenada por los fitoquímicos en nuestro organismo, es la que activa reacciones antioxidantes ya existentes a nivel celular, entre otros mecanismos metabólicos.
  • Los suplementos de antioxidantes, vitaminas, fitoquímicos, o similares
  • Diferentes estudios epidemiológicos y ensayos clínicos no han conseguido demostrar los efectos beneficiosos de los suplementos dietéticos con antioxidantes, vitaminas, fitoquímicos o similares, más bien s muestran ineficientes o dañinos.
  • Es la ingesta de alimentos de origen vegetal, dentro de un patrón alimentario basado en plantas equilibrado, tal como nos los ofrece la naturaleza, dentro de su matriz natural y con la sinergia de los otros componentes existentes en el alimento, con ningún o mínimo procesado culinario, la que nos proporciona estas sustancias necesarias para desencadenar la hormesis en nuestro organismo, y con ello, la capacidad de mantenernos en salud.

FRANCISCO MATA RABASA, VALENCIA, 9 de agosto de 2021


Referencias

[i] Mark P Mattson. “Challenging oneself intermittently to improve health”. Dose Response. 2014 Oct 20;12(4):600-18.

[ii]Mattson MP, Longo VD, Seyfried TN, et al. Meal frequency and timing in health and disease. Proc Natl Acad Sci U S A. 2014 Nov 25;111(47):16647-53. 

[iii]Mark P Mattson. “Challenging oneself intermittently to improve health”. Dose Response. 2014 Oct 20;12(4):600-18.

[iv]Mark. P. Mattson_ VIEWPOINT: MECHANISMS OF ACION AND THERAPEUTIC POTENTIAL OF NEUROHORMETIC PHYTOCHEMICALS. Dose-Response, 5:174–186, 2007

[v]Mark P. Mattson WHAT DOESN’T KILL YOU. Sci Am. 2015 July ; 313(1): 40–45.

[vi]M. C. Scuto, E. J. Calabrese, V. Calabrese, et. al. “Curcumin, Hormesis and the Nervous System”. Nutrients 2019, 11, 2417.