discurso pronunciado en 1996 por el lltmo. Sr. D. OSCAR VALTUEÑA BORQUE (Académico Correspondiente de la RANM), en la Real Academia Nacional de Medicina, titulado «MEDICINAS ALTERNATIVAS, CON ESPECIAL ATENCION A LA HOMEOPATIA, EN LA INFANCIA Y ADOLESCEN

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ANALES DE LA REAL

hace mucho tiempo, una colección de tumores que recogió Everson para justificar la importancia de la inmunología en el cáncer y, entre esos tumores caprichosos, que vienen y van y que desaparecen, y que unas veces evolucionan lentamente y otras destruyen al enfer­ mo en pocas semanas, figuraba el melanoma en segundo lugar; el primero era el coriocarcinoma (después sarcoma osteogénico) entre los tumores en cuyo desarrollo se suponía que la inmunología ju­ gaba un gran papel. Hoy día la relación cáncer-inmunología está

MEDICINAS ALTERNATIVAS,
CON ESPECIAL ATENCION A LA HOMEOPATIA, EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA

más que acreditada, pero en aquellos tiempos fue el comportamiento clínico singular, imprevisible del melanoma lo que dio lugar a que Everson lo incorporara a su estadística.

Y me ha chocado algo que has dicho. Yo tenía la idea· de que ·los melanomas más malignos eran los de la coroides, los de las plantas de los pies -que a los cirujanos nos horrorizan-, y Ias palmas de las manos. Yo nunca estimé que los del dorso y la cabe­ za fueran tan malignos. Por eso ha sido una lección importante en

Por el lltmo. Sr. D. ÜSCAR VALTUEÑA BORQUE Académico Correspondiente

lo que concierne a este aspecto.
Esa persecución al sol tampoco la entiendo: es una obsesión la

Excmo. Sr. Presidente; Excmos. Sres.:
Señoras y señores:

que tenéis los dermatólogos con el sol. No puede uno_tomar el sol en la playa a gusto, porque siempre te dicen que si eres médico y estás haciendo eso. En realidad el melanoma sale en sitios que, la mayor parte de las veces, no se exponen al sol: cuando tomas el sol no le das Ia espalda …

Critón dejó a los demás discípulos en tornò al cadáver del maes­ tro y salió de la cárcel dispuesto a cumplir, lo más pronto posible,

Me ha parecido una conferencia preciosa, Antonio, y te felicito por ello.

esa deuda.
Todos sabemos, desde nuestra época de estudiantes, esta anéc­

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dota. Pero nunca nos ha sido pormenorizado si Critón llegó a pa­ gar la deuda del gallo de Sócrates.

.el último encargo que Sócrates le había hecho al expirar:
-Critón, debemos un gallo a Esculapìo, no te ·olvides de pagar

Algo semejante es lo que ha sucedido con las medicinas alterna­ tivas, también denominadas paralelas, no convencionales, no orto­ doxas y hasta complementarias y dulces por los franceses, conoci­ das a lo largo de nuestros estudios científicos y muy difíciles de definir, ya que incluyen un gran número de prácticas y de creen­ cias muy distintas. Todos nosotros hemos sabido de .su existencia, al menos de algunas, sobre todo a través de la Historia, del Arte en general y de la Medicina en particular, que tan apasionante fue para mí a través de las enseñanzas del profesor Laín Entralgo: pero, po­ siblemente, totalmente absorbidos por el estudio constante y la pues­

ta a punto de nuestros conocimientos, ni siquiera hemos tenido tiempo de pensar entre los laberintos y palacios de nuestra memo­ ria, y menos aún de investigar, como nos pasara de niños con el

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gallo de Sócrates, cual fue su evolución y cual es su estado actual. En la civilización occidental suele considerarse terapia alternativa cualquier actividad con intención curativa que no está conforme con los criterios de la comunidad científica.

Desde el comienzo de mis observaciones, me llamó la atención por los motivos anteriormente expuestos, la homeopatía, por ser la que mayor audiencia tiene en la actualidad occidental,· por lo que el tiempo que me queda para mi exposición, lo voy a dedicar casi exclusivamente. a este tipo de medicina alternativa, por supuesto en cuanto concierne a la infancia, si bien debo decir desde el comien­ zo que existen escasas diferencias en sus fundamentos con la qtte se ejerce con los adulto.

Desde hace más de cinco años, en un principio por mera curio­ sidad y posteriormente con un auténtico apasionamiento al obser­ var su difusión mundial, la atención que se les prestaba, incluso en instituciones internacionales de tanto prestigio como la Organización Mundial de la Salud y, sobre todo, la importancia que han ido ad­ quiriendo en éstos últimos años entre la población española en ge­ neral y particularmente la infanta-juvenil, he estudiado las medici­ nas alternativas, con especial atención a las que tienen por objeto los niños y los adolescentes, a través de libros, monografías, con­ gresos, cursos, conferencias, lecturas de periódicos de ámbito nacio­ nal y local, comunicaciones personales con profesionales de este tipo de medicinas, visitas a lugares donde se ejercían y a ·otros en los que se fabricaban y vendían sus preparados y, obvio parece decir­ lo, amistosas entrevistas desprovistas de todo tipo de prejuicios, con los adolescentes y padres de niños (algunos de ellos ex-clientes míos), que habían sido tratados con medicinas alternativas, tanto en España como en otros países. Debo decir, con absoluta sinceridad, que al elaborar esta comunicación, nunca ha sido mi deseo hacer una «caza de brujas».

Al tener ya elegido el tema de esta comunicación, hace unos seis meses, hice una encuesta escrita (enviando el sobre franqueado de la contestación) a 300 pediatras españoles, en la que les pregunta­ ba si conocían lo que era la homeopatía, si sabían de algún pedia­ tra que la ejerciese en su misma localidad y si opinaban era de al­ guna eficacia, siguiendo- las líneas de la encuesta que efectuaron en el afio 1990, entre médicos generales holandeses, KNIPSCHILD, KLEI­ JNEN y RIET; recibiendo solamente nueve contestaciones, o sea el 3 por 100, que no puedo tomar en consideración estadística, al con­ trario de lo que les sucedió a los mencionados autores que se vie­ ron contestados por 293 encuestados, todos ellos conocedores de la homeopatía; 45 por 1OOde los cuales pensaban que la homeopatía puede ser eficaz en el tratamiento de las infecciones respiratorias superiores y en la fiebre del heno; por el contrario, fueron mayoría los médicos holandeses que pensaban que no era posible· que :la homeopatía tuviese la más .mínima eficacia.

La primera conclusión a la que he llegado, obviamente personal y no objetivable estadísticamente por el momento, como sucede con tantas curcunstancias en las que intervienen aspectos culturales, sociales, psicológicos y económicos, tanto nacionales como locales, es que las medicinas alternativas dirigidas a la población infantil de nuestro país, están· en proceso de expansión, pues son mucho más numerosas, cuentan con muchos más cultivadores y con una clien­ tela mayor de lo que podría imaginarse en un principio; y cuya sim­ ple enumeración y somera descripción de sus principales caracterís­ ticas distintivas, me.llevaría varias horas de esta ocupada Academia y producirla, que duda cabe, el tedio de mi amable y distinguida audiencia; por lo que me limitaré a hacerles saber que he llegado a.catalogar cerca de un centenar de ellas, y proyectar algunos de sus anuncios que se.me han antojado como mas singulares. En todo caso, en la publicación de esta comunicación en los «Arrales», po­ drán encontrar, quienes estén eventualmente interesados en este tema, un-a información y. una bibliografía mucho más detallada.

La homeopatía es un sistema terapéutico elaborado por el mé­ dico judío-alemán Samuel Hahnemann a comienzos del siglo XIX. Hay varios principios básicos, o leyes, usando su terminología, en el .ejercicío de la homeopatía. La·primera, «tratar lo semejante con lo semejante» (similia similibus curantur) es fundamental· y consti­ tuye .su origen. Experimentando en sí mismo Hahnemann encontró en 1790 que la corteza de quina le producía el mismo tipo de sín­ tomas que el paludismo, la enfermedad para cuyo tratamiento so­ lía utilizarse. Dedujo que los síntomas del paludismo eran una ex­ presión de las defensas del organismo y que la corteza de quina actuaba estimulándolas.

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Partiendo de esa idea, ensayó en un grupo de. familiares y ami­ gos sanos una gran variedad de sustancias, anotando meticulosa­ mente los efectos- que producían. Estos experimentos, que calificó de «pruebas», le mostraron un hecho que le pareció sorprendente: muchas sustancias producían grupos de síntomas que se asemeja-

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ban a los de determinadas enfermedades humanas, lo que le llevó al concepto de que pueden estimularse y fomentarse las defensas de un organismo con una sustancia que produzca la misma sintoma­ tología específica en las pruebas. De esta forma Hahnemann empe­ zó a sistematizar la «ley de la similitud», no sin ciertas connotacio­ nes políticas de la Revolución Francesa (ALBARRACÍN TEULóN): una sustancia que puede producir síntomas en una persona sana los pue­ de curar en una enferma. El sistema, al que Hahneman llamó ho-· meopático, de homoios, semejante, y pathos, enfermedad, le planteó inm.ediatamente un difícil problema: las sustancias que utilizaba para controlar los síntomas tendían a agravarlos. Con objeto de aminorar su intensidad, Hahnemann disminuyó progresivamente las dosis administradas y, según él, descubrió qué cantidades infinitesi­ males podían seguir siendo curativas sin la aparición de ningún efecto indeseado. Posteriormente llegó a la conclusión de que para ser curativa una terapa similar debía ser preparada mediante una combinación de diluciones seriadas, así como de sucusiones o enér­ gicas agitaciones, siendo mayor su potencia cuanto mayor era su dilución y agitación, estableciendo la segunda ley de la homeopa­ tía: la «ley de la dosis minima y de la dinamización», con lo que se desmaterializa el medicamento, que así libera toda su energía. Los homeópatas dicen utilizar con éxito diluciones de 1/10 elevado a 200.000, o sea 0,-199.000 ceros y un l.

rada alguna nueva forma de energía que, contenida en la sustancia original es, de alguna manera ignorada, trasmitida a las moléculas del disolvente (agua en la mayoría de los casos), aumentándose ad iniinitum (VITHOULKAS). Permitaseme, aquí y ahora, la ironía, sólo con objeto de distraer a mi paciente audiencia, que de acuerdo con la segunda ley homeopática, si yo dejo caer cinco gotas de tintura de acónito al comienzo del descenso del río Sella y subo en el tren que lo sigue, al finalizar el trayecto podré coger una taza de solu­ ción de acónito homeopáticamente potencializada y dinamizada, luego de tantas y tantas diluciones y agitaciones como las que ha experimentado.

Las terapias homeopáticas se obtienen a partir de una amplia variedad de sustancias orgánicas e inorgánicas: plantas, minerales, venenos, tóxicos y hasta tejidos enfermos o nosodes en la termino­ logía homeopática; siendo en. el pasado, en la mayoría de los casos, los mismos homeópatas los que se encargaban de preparar y diluir sus productos terapéuticos con la ayuda de un maletín portátil, al que en España llamaban «petaca», por lo que se les conocía como «médicos petaquistas». En la actualidad existen abundantes farma­ cias homeopáticas distribuidas por toda España, con una factura­ ción de unos 4.000 millones de pesetas (CIDóNMADRIGAL). En Ma­ drid la primera que conocemos figura en un conocido cuadro de Antonio López de la Gran Vía de Madrid, habiéndose sustituido las «petacas» por vistosos ·Kits.

l. La homeopatía es especialmente eficaz entre los lactantes y niños de corta edad, por su falta de efectos secundarios (MURRAY y SEPHERD) y en los que no cabe apelar al efecto placebo.

¿Cómo puede actuar una terapia si no contiene ni siquiera una sola molécula de sustancia activa? Para los homeópatas no existe en la física o en la química moderna explicación de este fenómeno, y contestan que mediante las técnicas de dilución y sucusión es libe-

¿Dónde tiene la homeopatía su mayor campo de acción pediá­ trica? Según Bovn.Superìntendente Médico del Hospital Homeopá­ tico de Glasgow, en enfermedades o trastornos muy difíciles de tra­ tar en la práctica cotidiana pediátrica, como son: las alergias respiratorias con su molesto acompañante de tos. subcrónica; las afecciones de la piel, como eczemas, dermatitis y psoriasis; los do­ lores articulares; el asma, la jaqueca; las anginas, la fiebre «sine materia», las lesiones sépticas como la neumonía, tratada con éxito

Otra curiosa ley homeopática de uno de los discípulos de hah­ neman, la ley de Hering, es: «La curación se produce de dentro a fuera, de arriba a abajo y de un órgano importante a otro menos

importante, desapareciendo los síntomas en orden inverso a su apa-

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rieron»,
Algunas de las observaciones de la práctica homeopática para

mantener esta medicina alternativa en la infancia, sin perder de vista que Hahnemann obtuvo sus primeros resultados alentadores con la homeopatía en la prevención y tratamiento de la escarlatina infan­ til (KING), son las siguientes:

2. En los jóvenes y adolescentes el efecto placebo .suele mante­ nerse sólo algunos días o semanas, en tanto que la curación ho­ meopática es duradera (REILLY, TAYLOR, MCSHARRY y AITCHISON).

3. Se han administrado terapias homeopáticas sin conocimien­ to ni de los familiares, ni de los niños o jóvenes enfermos, y se ha producido la curación.

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por la homeopatía mucho antes de la introducción de los antibióti­ cos; los vómitos, las gastritis y las colitis; y las situaciones ambien­ tales emocionales que pueden producir fracaso escolar, problema tan frecuente actualmente.

rios y 900 hospitalizados por año (Diario Médico), entre los que se cuentan distinguidos miembros de la aristocracia; y en países de escaso nivel económico y sanitario, como es, sobre todo, la India. En muchos países en vía de desarrollo constituye un sistema sani­ tario plenamente aceptado.

En las leucemias y cánceres, literalmente según el mencionado homeópata Bovn: «La enfermedad puede ser modificada y en oca­ siones detenida y, sobre todo, se puede mejorar el bienestar y la calidad de vida del paciente». Según SCHELLER y RECKWERG el tra­ tamiento esencial del cáncer es homeopático.

La homeopatía se introdujo en España por el nap.olitano Cosme Horatio, quien en 1829 acompañaba al Monarca de Nápoles con motivo del casamiento de la hija de éste con Fernando VII, siendo inmediatamente bien acogida por las clases altas en general, sobre todo por la aristocracia y el clero, por adecuarse a unos principios invariables en un momento, el siglo XIX, en que todo cambiaba. Los

Así pues surge esta otra pregunta: ¿Cuáles son los límites de la homeopatía? Según el sentir de los homeópatas cuando están indi­ cadas las intervenciones quirúrgicas, como son ·las apendicitis, las hernias, y.los trastornos ortopédicos; y en las deficiencias de vita­ minas, minerales u hormonas.

·médicos homeópatas españoles, ejerciendo en las ciudades y muy excepcionalmente en los pueblos grandes, cobraron los honorarios más elevados de la época (CALBET CAMARASA). No deja de ser curio­ so en este sentido el artículo aparecido en 1.882 en el Boletín del Instituto Homeopático y Hospital de San José, del doctor García López, en el que se dice textualmente: «¿Qué sucedió cuando se comenzó a ejercer en Madrid la Medicina homeopática? … Pues su­ cedió que como la oferta era poca y la demanda mucha, se logró que los médicos homeópatas se apreciaran en más de lo que hasta entonces lo eran todos los médicos y cirujanos de San Carlos, aun­ que fueran Catedráticos, que no se habían figurado hasta entonces que una visita pudiera valer más de un escudo, o medio duro., e iban por las calles de la corte como auténticos jornaleros de la ciencia.

En la actualidad ya están a la venta, en prácticamente todo el mundo, incluida España por supuesto, discos de computadora, en los que los síntomas que se observan en los niños indican la· tera­ péutica homeopática que debe elegirse, entre miles de posibilidades, pues según la doctora ALFONSO la aprobación de la Ley del Medica­ mento Homeopático supone la introducción de 10.000 nuevos pre­ parados.

·La homeopatía pediátrica se ejerce en la actualidad en el Nuevo Continente, principalmente ·en los Estados ·Unidos ·de América y Canadá,’ América Central y del Sur en general;. y la Argentina en especial. contando Méjico con una especialización ·oficial homeopá­ tica de cuatro años de duración luego de la terminación de la licen­ ciatura (PORTALES); y en el Viejo Continente, Suiza en la· que existe como especialización optativa del doctorado desde que en marzo de 1992 el Gran Consejo Helvético decidió que se impartiese docencia

¡Qué asombro cuando vieron que algunos médic.os homeópatas co­ braban dos y cuatro duros por visita (entre 25.000 y 50.000 ptas. actuales) y dieciséis por consulta (200.000 ptas. de 1996) infinita­ mente más de lo·que ellos habían estipulado! Entonces todos los mé­ dicos se vieron obligados a elevar sus honorarios que los enfermos no tuvieron más solución que aceptar. Ya sabemos que muchos mé­ dicos se quieren escuchar en el.hermoso manto de la caridad. Pero las cosas que se sirven gratuitamente son útiles, pero no valen». En el año 1852 los dos primeros contribuyentes médicos fueron dos ho­ meópatas: los doctores Hysem y Núñez (ALBARRACÍN TEULóN).

homeopática en las Facultades de Medicina (Tribune), Austria, Ita­ lia, Alemania con más de 10.000 médicos homeópatas; Francia, -país en el que se calcula que el 10 por 100 de la población acude a las consultas homeopáticas integradas dentro del Sistema Nacional de Salud,· con un consumo de medicamentos homeopáticos que supo­ nen el 18 por 1OOdel gasto farmacéutico del país, y siete Faculta­ -des ·de Medicina en las que se imparte su enseñanza en cursos· de postgrado de tres años de duración; Gran Bretaña, donde la homeo­ patía está integrada en el National Health Service (SWAYNE), con cinco hospitales homeopáticos, de los cuales el mayor es el Royal Hospital Homoeopathy de Londres, con 3·0.000 enfermos ambulato-

Precisamente en la segunda mitad del siglo XIX, la homeopatía contó con diversas instituciones en varias ciudades españolas. Ha­ cemos un somero repaso de las más importantes situadas en Ma­ drid y BarceJona. En Madrid, en febrero de 1879 se inauguró el Hospital Homeopático de San José, en la calle Eloy Gonzalo, 3, por iniciativa de la Sociedad Hahnemanniana, sobre todo mediante sus-

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En Barcelona la homeopatía contó también con una vida vigo­ rosa, publicándose la «Revista de la Doctrina Homeopática», la única en todo el continente europeo. Entre las principales instituciones figuraba el Hospital del Niño Dios, con un pabellón independiente para enfermos infecciosos; y el Sanatorio Marítimo de San José, en la Barceloneta. Además, ejercieron con gran éxito entre banqueros y políticos médicos homeópatas en Sevilla, Jaén, Baeza, Toro, Gra­ nada, Nerja, Albuñol, Badajoz y Mataró (SEBASTIAN COLL). Figuras como Letamendi y Salvador de Madariaga fueron adeptos a la ho­

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tener en cuenta en nuestro país la presencia de las medicinas alter­ nativas, entre ellas la homeopatía. Por nuestra parte, interesados en el tema, estamos en condiciones de decir en esta Acadrmia; única­ mente con datos e impresiones personales, a falta de ~ficiales, que

numerosos prodigios de la tecnología, haya afectado demasiado al mundo de las supersticiones, entre cuyos adeptos no faltan, por lo visto, personajes ilustrados. Antes al contrario, produce una cierta sorpresa constatar la proliferación de visionarios de todo tipo que ofrecen sus servicios «profesionales» en las páginas de los periódi-

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cripción pública, donativos y venta de objetos de pacientes a: ciclos, que todavía se conserva, si bien en estado de grave deterioro (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid); y que desde hace esca­ so tiempo ha abierto una consulta pública gratuita vespertina e11lel extremo derecho de su galeróa de madera acristalada. Este hespí­ tal contaba con la ayuda de 10.000 pesetas anuales del Gobierno, hasta que fue suprimida por Sagasta.

la homeopatía está experimentando una fase de extraordinario es­ plendor entre la población infantil española. Según Albert Solé, homeópata del Hospital del Niño Dios de Barcelona, en España puede actualmente haber unos 2.000 médicos homeópatas, cuando en 1979 sólo había 22. Algunas de las motivaciones principales, sumariamente enunciadas, que pueden servir para el conjunto de las medicinas alternativas en general y de la homeopatía en la infan­ cia en particular, pueden ser las siguientes:

34.2

ANALES D.E 1,A REAL

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343

Por una Orden de 1846 fue aprobada la Sociedad Hahnemian­ nana Matritense, estableciéndose en su seno la docencia, fundando el Instituto Homeopático Matritense y la Academia Homeopática Española. Ya en nuestro siglo se fundó la Liga Homeopática Ibero­ americana, pronunciando el Dr. Gregorio MARA.NON, en. el Congreso Internacional de Homeopatía celebrado en Madrid en ~933, su con­ ferencia inaugural, en la que los calificó como heréticos( mencionan­ do, no obstante, como una de las verdades trascendentales de su

1. En la homeopatía se considera al niño y al adolescente de una forma holística, es decir, en su totalidad y dentro de un espec­ tro familiar, social y hasta ecológico, partiendo de que la falta de salud o la enfermedad proceden de un desequilibrio y no sólo del agente causal y la evolución patógena (Ley de la individualización homeopática).

doctrina, la vacunoterapia, a la que denominó «homeopatía bioló-

2. La consulta hemiopática no consiste sólo en la enumeración de algunos síntomas principales, una veloz exploración física, cuan­ do se produce, y una prescripción, como desafortunadamente suce­ de tan a menudo en el ejercicio de la pediatría, por ejemplo en el Insalud. Por el contrario, una vez obtenida la sintomatología física detallada, debe establecerse una vinculación suficiente con los pa­ dres y el hijo para permitir una mayor investigación de los facto­ res mentales y emocionales. Interesa conocer las emociones, las vi­ vencias familiares, los trastornos morales, etc. Para el homeópata, ésta es, a menudo, la parte más importante de la consulta. Sólo cuando los sentimientos y temores ocultos se sacan a la superficie puede el homeópata elegir el medicamento que produzca la curación (GOERKE). La homeopatía que fue ensayada por vez primera en un hospital psiquiátrico por Hahnemann (que preconizaba un trata­ miento humano y moderado con los dementes, siendo así pues co­ etáneo de Pinel) (PÉREZ; ToMSKO), es el antecentente más claro del psicoanálisis freudiano .

gica», y preconizando un acercamiento entre médicos: homeópatas y no homeópatas. Curiosamente los actuales médicos homeópatas occidentales se muestran totalmente contrarios a las vacunaciones infantiles (CARLYÓN, OUINONES).

meopatía; e Isabel II de España tuvo como Médico de Cámara a un

homeópata, el Dr. Núñez, al que llegó a otorgarle el título de mar- .qués, además de la Gran Cruz de las Órdenes de Carlos III y de Beneficencia y Comendador de la de Isabel la Católica (GONZÁLEZ­ CARBAJAL); en tanto que Hysern, también homeópata, fue el médico

3. En la homeopatía pediátrica se evita a ultranza la superes­ pecialización que caracteriza a gran parte de la pediatría española

de los Infantes de España. (ALBARRACÍN TEULÓN).
En la actualidad, según el profesor LóPEZPINEIRO, es conveniente

·y occidental en general.
4. No parece que el avance de las ciencias, ni los cada vez más

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desto entender, del auge actual de.la homeopatía .entre médicos jó­ venes (unos 250 en el Simposio Nacional de Homeopatía Pediátri­ ca, celebrado en Madrid> en mayo de 1995) e hispanoparlantes afincados en España, muchos de ellos bien establecidos en pobla­ ciones de alto nivel económico y con una clientela pediátrica que

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ACADEMIA. NACIONAL DE MEDICINA 345

cos españoles, Por otra parte, algunos personajes de esta variopin­ ta familia se han hecho muy populares gracias a Ios espacios que con generosidad les ceden las cadenas de televisión.

un systema medical que a pour base l’inconnu; pour bout l’impossible, et pour resultat la nulité», Según LECOMTE, Profesor de Fisiología de là Universidad de Lieja: «Nuestro actual conocimiento de las circuns­ tancias de causa a efecto en la medicina hace que las hipótesis básicas de la homeopatía nos parezcan en su mayor parte inacep- .tables. Puede legítimamente afirmarse que no hay nada que justifi­ que el principio de «los similares» ·en el conocimiento médico actual. Es naturalmente obvio, como s·ostienen los homeópatas, que cada paciente es física y psicológicamente único. Ninguno de nosotros,

5. Según Ivan Ilich: «La evolución de la morbilidad indica que

en los cien últimos años la influencia de los médicos sobre las en­

fermedades no ha sido mayor que. la de los sacerdotes en milenios anteriores»,

6. Las actuales ordenaciones existentes en·España para ejercer la pediatría, junto con la creciente bolsa de desempleo· médico y la ambigüedad y tolerancia existente en el actual Código de Etica y Deontología Médica de la Organización Médica Colegial (en sus artículos 24 y 33) (HERRANZ), han ·sido los motivos, a nuestro mo­

incluso los niños más pequeños, reacciona a la adversidad o a los estímulos patológicos exactamente de la misma manera. Pero tam­ bién hay que admitir que las enfermedades específicas tienen mo­ dalidades generales. Además, diferentes enfermedades pueden pro­ ducir síntomas casi idénticos».

muchos especialistas muy bien formados no dejarían de envidiar; situación contraria.a la de otros muchos países occidentales, como Alemania, donde la práctica de la homeopatía, sobre todo .en ma­ nos deIos «Heilpratiker», está perfectamente sancionada (LATORRE; ZUDAIRE). En España, una. de las S·ociedades Médicas con mayor número de afiliados (SANITAS), excluye los procedimientos .que no tengan suficientemente probada su contribución eficaz en la preven­

Las Academias de Medicina de Bélgica son todavía más contun­ dentes: «La eficacia terapéutica de los procedimientos homeopáticos no tiene base científica. No pueden presentarse resultados de estu­ dios de farmacología clínica o experimental lógicamente verificados en apoyo de la eficacia de los tratamientos homeopáticos al cabo de

ción, tratamiento o curación de las enfermedades, citando entre ellos

curados por el tratamiento homeopático, o cualquier otras medici­ nas alternativas, cuyo poder curativo está basado exclusivamente en el carisma, el·ambiente terapéutico y la fe que se pongan en él. ¿Pero de qué enfermos se traia?

la homeopatía. Por el contrario, la Clínica Ruber Internacional de

La.homeopatía y muchas medicinas alternativas o complemen­ tarias ejercen su poder en los pacientes infantiles, o sus familiares, que más influyen sobre él, y cuyos trastornos tienen un extraordi­ nario componente psícosomático, con unas molestias que no han sido tomadas en consideración por sus pediatras ortodoxos. Los pediatras estamos casi siempre demasiado ocupados, o no ponemos el suficiente interés, e incluso carecemos de experiencia, para dedi­ car todo el tiempo que precisan los trastornos funcionales de los

Madrid, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y la Clínica Dexeus

de Barcelona; han incorporado la. terapia homeopática (Diario Mé­ dico).

Conviene citar en este momento que, según CAMPBELL> los dile­ mas éticos para el pediatra son particularmente difíciles, ya que el ·niño y el adolescente como pacientes no pueden ejercer su autono­

mía y participar en decisiones que puedan afectar vitalmente a su salud presente y futura. Permítasenos mencionar que desde su ori­ gen y hasta la actualidad (ACHILLES) la homeopatía ha sido utiliza­ da en. veterinaria con gran aceptación por parte de. los· dueños de

niños y adolescentes que, por otra parte, no sabemos considerar, en -la praxis contidiana de escasa importancia.· En este sentido, mi bola de cristal particular me dice que en elIu turo español cada vez ha­ brá más niños y adolescentes que serán llevados a las consultas de

los animales domésticos (DONATO).·

Llegados a este punto debemos plantearnos si la homeopatía- es una ciencia o un dogma. A esta pregunta ya contestó el célebre TRousSEAU hace un siglo, de la siguiente. forma; «L’homoeopathie est

las medicinas alternativas.
Pero la patología de los estados emocionales de los niños y de

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175 años de su aparición».
No obstante, algunos pacientes, o sus padres, dicen que han sido

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los adolescentes también está sometida a las leyes de causa y efec­ to, cuando el pediatra se molesta en conocerlas y aplicarlas.

BOYD, H.: «La homeopatía en la práctica médica general». Foro Mundial de la Salud, 1983; 4, 118-121.

De acuerdo con PINSENT, Consultor de Investigaciones del Cole­ gio de Médicos de Gran Bretaña: «La homeopatía nunca ha sido evaluada objetivamente. Ninguno de los que la práctica comprende

BRAUDEL, F.: A History of Civilization. Pinguin Books, 1993, 600 págs. CALBET CAMARASA, J. M.: «Visión histórica de la Homeopatía». Historia y Vida,

como se alcanzan sus resultados. Quienes la observan desde fuera

1990~ extra 56: 80-90.
– {<Las Doctrinas Heterodoxas», en
Evolución ideológica de la Medicina.

ven únicamente una cortina de misterio. Esta cortina debe ser disi­

Barcelona, s.f., págs. 129-144.
CAMPBELL, A. G. M.: «Ethical issues in child health and disease», en FORFAR,

pada mediante un examen estrictamente objetivo que todavía espe­ ra ser llevado acabo».

J. O. (ED.): Child Health in a changing society. Oxford University Press,

Y si bien Ios homeópatas dicen que pueden curar, como es la

1988.
CARLYON, J.: «Non-immunisation of children. The Society of Homoeopaths has

rosa, sin porqué (BORGES; HOPFF), una vez más se hace evidente,

no official policy on vaccination». Brit. Med. J., 1995; 310: 939-940. CIDÓN MADRIGAL, J. L.: «¿De verdad curan las medicinas alternativas’», Quo,

como bien sabe mi querido don Luis Brú, qué, como dijera Eins­ tein, «Dios no juega a los dados».

núm. 3, dic. 1995, págs. 60-65.
COLEGIO OFICIAL
DE ARQUITECTOS DE MADRID: Guía de Arquitectura. Madrid,

Así pues, en tanto no se nos demuestre fehacientemente lo con­

1992, pág. 139.
DONATO, M.: «Homeopatía
y Veterinaria», en el Curso de Introducción :vDi­

trario, es muy posible que el gallo de Sócrates continue todavía suelto, vivíto y coleando.

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ANALES DE LA REAL

ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA

351

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importante, después de hacer· patente mi felicitación, destacar que un elevado número de estas «medicinas» son realmente «prácticas médica no validadas», puesto que, en muchas de ellas, no se ha demostrado científicamente su eficacia terapéutica.

MESMER, F.: Mémoire sur le découverte du magnétisme animal. París. P. F. Didot, t 979.

Al?OMATOTERAPIA

Tal circunstancia es trascendente toda vez que nuestras directri­ ces deontológicas establecen que los médicos, en el ejercicio de su profesión, deben rechazar toda práctica o proceder que no haya acreditado suficientemente su eficacia. Así, pues, los profesio­ nales de la Medicina encuentran importantes limitaciones en la posible utilización de las denominadas «medicinas alternativas», aunque no se les oculte que muchas de ellas son utilizadas por un elevado porcentaje de la población mundial para aliviar sus padeci­ mientos.

PRICE, S.: Aromatoterapia práctica. Traducción española. Aldaba ediciones. Madrid, 1989, 214 pág. .

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L!TOTEl?AP!A
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Obelisco, Barcelona, 1993, 109 págs.

Por lo que respecta al interés de la Homeopatía es detener en cuenta que a finales del siglo XVIII y principios del XIX el arsenal terapéutico. aunque numeroso, era de muy dudosa eficacia y con frecuencia mal tolerado, por lo que el sistema propuesto por HAH­ NEMANN de utilizar los productos medicamentosos en dosis infinitesi­ males y a enormes diluciones, ponía a salvo de graves intoxicacio­ nes. Actualmente el principio básico de la·Homeopatía y su eficacia terapéutica son muy discutidos y, en gran parte, rechazados, aun­ que pueda tener a su. favor el ser bien tolerada y, quizá. estimular los mecanismos naturales de defensa del organismo frente a la en­ fermedad.

[RJDOLOG[A
JAUSAS, G.: Tratado práctico de iridologia médica. Madrid, 1982, 283 págs.

MEDITACIÓN
SUAM! VISHNU DEVANANDA: Meditación y Mantras. Alianza Editorial, Madrid,

t988, 317 págs.

REFlEXOTERAPJA

LEIBOLD, G.: Reflexoterapia. Aldaba Ediciones, 1989, 123 págs.

MEDICINA POPULAR

Por otra par-te y en relación con la Neturopatía, puede ser inte­ resante recordar que el joven médico alemán SCHWENINGER, naturó­ pata; tomó a su cargo en 1880 el atender al canciller Von BISMARK, al que su médico de cabecera Prof. Von FRERICHS, de la Facultad de Medicina de Berlín, le había dado seis meses de posiblê superviven­ cia. La suspensión de toda medicación y la implantación de un ri­ guroso régimen de comidas, la regulación del ejercicio y el reposo, las sesiones de masaje y la aplicación de baños y duchas, le permi­ tieron recuperar la salud y continuar sus actividades hasta su falle­ cimiento en 1898.

KVSCHICK, L: Medicina Popular Española. Siglo Veintiuno de España Edito­ res, Madrid, 1995, 168 págs,

ACUPUNTURA Y MOX/BUST/ON
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págs. y figs. ·

INTERVENCION DEL PROF. MANUEL ARMUO·VALENZUELA

Es también destacable que Halfdan T. MAHLER, en 1974, siendo Director de la OMS y dirigiéndose a los 139 Delegados de los Esta­ dos miembros de la misma. manifestó que consideraba válida la «folkmedicíne» en los países subdesarrollados, carentes de una Me­ dicina científica, .en los. que curanderos y parteras podían interve­ nir favorablemente, al menos como mal menor. MAHLER declaraba

Ha sido realmente interesante la conferencia que nos acaba de dictar el Dr. VALTUEÑA acerca de las Medicinas alternativas en Pe­ diatría y, en especial, de la Homeopatía. Por mi parte, considero

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ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA 353

así la conveniencia de recurrir a cuantos medios y sistemas pudie­ ran ayudar a recuperar la salud o aliviar los sufrimientos y en este campo figuran las «medicinas marginales o alternativas» siempre que hayan podido demostrar su eficacia. No se nos oculta que en gran parte la favorable acción de estas «medicinas» puede encon­ trarse en la fe y confianza que en ella ponen los propios enfermos; pero es que, en todos los casos, el paciente es una persona y ade­ más doliente, que .requiere ser atendida en su real padecer y en la

PALABRAS FINALES DEL PRESIDENTE

forma de padecerlo.
En este sentido pueden encontrar ventaja las «medicinas alter­

El tema de Valtueña es apasionante. Lo ha hecho espléndidamen­ te y, además, divertido y muy bien presentado. Tan apasionante es que en la Federación Europea de Academias de Medicina, en cuya reunión estuvimos Schüler y yo en octubre, representando a la nues­ tra, se hizo un balance sobre cuál podría ser el tema de la próxi­ ma, qu.e será en Portugal, y cada uno de los representantes de las Academias propuso un tema; salieron tres o cuatro peticiones de que fuera Medicinas Alternativas y éramos doce personas las que pro­ porcionamos temas. Fue, consiguientemente, aceptado y la Junta Directiva acordó encargar esa ponencia a Manuel Armijo y a Luis Pablo Rodríguez para que estudiasen todo este mundo de las me­ dicinas alternativas.

nativas» que, como defiende SÃNCHEZ GONZÁLEZ, han comenzado a denominarse «Medicinas holísticas» considerando el carácter integral del ser humano y la conveniencia del atender la «identidad biopsi­ colögíca» de cada sujeto, sin que esto deba suponer restar valor a la Medicina científica, realmente validada.·

Determinadas prácticas de las «medicinas alternativas» pueden ser consideradas ramas de la Medicina si corren a cargo de médi­ cos que las prescriban y controlen; pero es relativamente frecuente que estas «medicinas» sean dirigidas y practicadas por personas sin formación médica o sanitaria, que solo incurren en «intrusismo» si

Una vez más hemos visto el escepticismo con que se habla, y la educación y la cortesía con que se habla de ellas, pero el fondo escéptico que alimenta las intervenciones de todos los presentes y, sobre todo el acierto de los que han intervenido al subrayar que esa medicina tiene un gran componente empírico y un gran componente humanístico, que es lo que la hace útil para muchos casos conç_re­ tos. Pero es justo que se ponga orden en este asunto y que la me­ dicina científica vaya comiendo terreno a la homeopatía y a las demás formas de medicinas alternativas -no digamos la acupuntu­ ra-, porque si no puede ser un desmadre. Y en ese sentido creo que la Federación Europea· va por buen camino y el criterio de los médicos en general también por muy buen camino.

practican exploraciones o reconocimientos clínicos. Recordemos al efecto que el,Tribunal Supremo, en sentencia dada en 1992, esta­ blecía «dado que estas prácticas no se enseñan en las Facultades de Medicina y no están incluidas en el catálogo de Especialidades médicas, no se requiere título de médico para su práctica». En este caso concreto se hacía referencia al «Naturalismo», pero poco tiem­ po después, el Juzgado Penal n.o 1 de Palma de Mallorca sentencia­ ba: «la práctica del Naturismo requiere la titulación de médico y la

Se levanta la ·sesión.

práctica por otras personas supone delito de usurpación de funcio- nes».

Actualmente varias Facultades de Medicina españolas dan forma­ ción de postgraduado en determinadas «medicinas alternativas» y el Consejo Nacional de Especialidades ha considerado la conveniencia de que determinadas Medicinas alternativas fueran reguladas por la LOPS. y también así lo• ha considerado el Ministerio de Sanidad y Consumo.

Las «medicinas alternativas» atienden esencialmente la subjeti­ vidad del paciente, lo que puede reportar beneficios; pero en nin­ gún caso deben restar valor a la Medicina científica, postponerla o retrasar su aplicación en procesos graves . 

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ANALES DE LA REAL

hace mucho tiempo, una colección de tumores que recogió Everson para justificar la importancia de la inmunología en el cáncer y, entre esos tumores caprichosos, que vienen y van y que desaparecen, y que unas veces evolucionan lentamente y otras destruyen al enfer­ mo en pocas semanas, figuraba el melanoma en segundo lugar; el primero era el coriocarcinoma (después sarcoma osteogénico) entre los tumores en cuyo desarrollo se suponía que la inmunología ju­ gaba un gran papel. Hoy día la relación cáncer-inmunología está

MEDICINAS ALTERNATIVAS,
CON ESPECIAL ATENCION A LA HOMEOPATIA, EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA

más que acreditada, pero en aquellos tiempos fue el comportamiento clínico singular, imprevisible del melanoma lo que dio lugar a que Everson lo incorporara a su estadística.

Y me ha chocado algo que has dicho. Yo tenía la idea· de que ·los melanomas más malignos eran los de la coroides, los de las plantas de los pies -que a los cirujanos nos horrorizan-, y Ias palmas de las manos. Yo nunca estimé que los del dorso y la cabe­ za fueran tan malignos. Por eso ha sido una lección importante en

Por el lltmo. Sr. D. ÜSCAR VALTUEÑA BORQUE Académico Correspondiente

lo que concierne a este aspecto.
Esa persecución al sol tampoco la entiendo: es una obsesión la

Excmo. Sr. Presidente; Excmos. Sres.:
Señoras y señores:

que tenéis los dermatólogos con el sol. No puede uno_tomar el sol en la playa a gusto, porque siempre te dicen que si eres médico y estás haciendo eso. En realidad el melanoma sale en sitios que, la mayor parte de las veces, no se exponen al sol: cuando tomas el sol no le das Ia espalda …

Critón dejó a los demás discípulos en tornò al cadáver del maes­ tro y salió de la cárcel dispuesto a cumplir, lo más pronto posible,

Me ha parecido una conferencia preciosa, Antonio, y te felicito por ello.

esa deuda.
Todos sabemos, desde nuestra época de estudiantes, esta anéc­

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dota. Pero nunca nos ha sido pormenorizado si Critón llegó a pa­ gar la deuda del gallo de Sócrates.

.el último encargo que Sócrates le había hecho al expirar:
-Critón, debemos un gallo a Esculapìo, no te ·olvides de pagar

Algo semejante es lo que ha sucedido con las medicinas alterna­ tivas, también denominadas paralelas, no convencionales, no orto­ doxas y hasta complementarias y dulces por los franceses, conoci­ das a lo largo de nuestros estudios científicos y muy difíciles de definir, ya que incluyen un gran número de prácticas y de creen­ cias muy distintas. Todos nosotros hemos sabido de .su existencia, al menos de algunas, sobre todo a través de la Historia, del Arte en general y de la Medicina en particular, que tan apasionante fue para mí a través de las enseñanzas del profesor Laín Entralgo: pero, po­ siblemente, totalmente absorbidos por el estudio constante y la pues­

ta a punto de nuestros conocimientos, ni siquiera hemos tenido tiempo de pensar entre los laberintos y palacios de nuestra memo­ ria, y menos aún de investigar, como nos pasara de niños con el

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ANALES DE LA REAL

hace mucho tiempo, una colección de tumores que recogió Everson para justificar la importancia de la inmunología en el cáncer y, entre esos tumores caprichosos, que vienen y van y que desaparecen, y que unas veces evolucionan lentamente y otras destruyen al enfer­ mo en pocas semanas, figuraba el melanoma en segundo lugar; el primero era el coriocarcinoma (después sarcoma osteogénico) entre los tumores en cuyo desarrollo se suponía que la inmunología ju­ gaba un gran papel. Hoy día la relación cáncer-inmunología está

MEDICINAS ALTERNATIVAS,
CON ESPECIAL ATENCION A LA HOMEOPATIA, EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA

más que acreditada, pero en aquellos tiempos fue el comportamiento clínico singular, imprevisible del melanoma lo que dio lugar a que Everson lo incorporara a su estadística.

Y me ha chocado algo que has dicho. Yo tenía la idea· de que ·los melanomas más malignos eran los de la coroides, los de las plantas de los pies -que a los cirujanos nos horrorizan-, y Ias palmas de las manos. Yo nunca estimé que los del dorso y la cabe­ za fueran tan malignos. Por eso ha sido una lección importante en

Por el lltmo. Sr. D. ÜSCAR VALTUEÑA BORQUE Académico Correspondiente

lo que concierne a este aspecto.
Esa persecución al sol tampoco la entiendo: es una obsesión la

Excmo. Sr. Presidente; Excmos. Sres.:
Señoras y señores:

que tenéis los dermatólogos con el sol. No puede uno_tomar el sol en la playa a gusto, porque siempre te dicen que si eres médico y estás haciendo eso. En realidad el melanoma sale en sitios que, la mayor parte de las veces, no se exponen al sol: cuando tomas el sol no le das Ia espalda …

Critón dejó a los demás discípulos en tornò al cadáver del maes­ tro y salió de la cárcel dispuesto a cumplir, lo más pronto posible,

Me ha parecido una conferencia preciosa, Antonio, y te felicito por ello.

esa deuda.
Todos sabemos, desde nuestra época de estudiantes, esta anéc­

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dota. Pero nunca nos ha sido pormenorizado si Critón llegó a pa­ gar la deuda del gallo de Sócrates.

.el último encargo que Sócrates le había hecho al expirar:
-Critón, debemos un gallo a Esculapìo, no te ·olvides de pagar

Algo semejante es lo que ha sucedido con las medicinas alterna­ tivas, también denominadas paralelas, no convencionales, no orto­ doxas y hasta complementarias y dulces por los franceses, conoci­ das a lo largo de nuestros estudios científicos y muy difíciles de definir, ya que incluyen un gran número de prácticas y de creen­ cias muy distintas. Todos nosotros hemos sabido de .su existencia, al menos de algunas, sobre todo a través de la Historia, del Arte en general y de la Medicina en particular, que tan apasionante fue para mí a través de las enseñanzas del profesor Laín Entralgo: pero, po­ siblemente, totalmente absorbidos por el estudio constante y la pues­

ta a punto de nuestros conocimientos, ni siquiera hemos tenido tiempo de pensar entre los laberintos y palacios de nuestra memo­ ria, y menos aún de investigar, como nos pasara de niños con el

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gallo de Sócrates, cual fue su evolución y cual es su estado actual. En la civilización occidental suele considerarse terapia alternativa cualquier actividad con intención curativa que no está conforme con los criterios de la comunidad científica.

Desde el comienzo de mis observaciones, me llamó la atención por los motivos anteriormente expuestos, la homeopatía, por ser la que mayor audiencia tiene en la actualidad occidental,· por lo que el tiempo que me queda para mi exposición, lo voy a dedicar casi exclusivamente. a este tipo de medicina alternativa, por supuesto en cuanto concierne a la infancia, si bien debo decir desde el comien­ zo que existen escasas diferencias en sus fundamentos con la qtte se ejerce con los adulto.

Desde hace más de cinco años, en un principio por mera curio­ sidad y posteriormente con un auténtico apasionamiento al obser­ var su difusión mundial, la atención que se les prestaba, incluso en instituciones internacionales de tanto prestigio como la Organización Mundial de la Salud y, sobre todo, la importancia que han ido ad­ quiriendo en éstos últimos años entre la población española en ge­ neral y particularmente la infanta-juvenil, he estudiado las medici­ nas alternativas, con especial atención a las que tienen por objeto los niños y los adolescentes, a través de libros, monografías, con­ gresos, cursos, conferencias, lecturas de periódicos de ámbito nacio­ nal y local, comunicaciones personales con profesionales de este tipo de medicinas, visitas a lugares donde se ejercían y a ·otros en los que se fabricaban y vendían sus preparados y, obvio parece decir­ lo, amistosas entrevistas desprovistas de todo tipo de prejuicios, con los adolescentes y padres de niños (algunos de ellos ex-clientes míos), que habían sido tratados con medicinas alternativas, tanto en España como en otros países. Debo decir, con absoluta sinceridad, que al elaborar esta comunicación, nunca ha sido mi deseo hacer una «caza de brujas».

Al tener ya elegido el tema de esta comunicación, hace unos seis meses, hice una encuesta escrita (enviando el sobre franqueado de la contestación) a 300 pediatras españoles, en la que les pregunta­ ba si conocían lo que era la homeopatía, si sabían de algún pedia­ tra que la ejerciese en su misma localidad y si opinaban era de al­ guna eficacia, siguiendo- las líneas de la encuesta que efectuaron en el afio 1990, entre médicos generales holandeses, KNIPSCHILD, KLEI­ JNEN y RIET; recibiendo solamente nueve contestaciones, o sea el 3 por 100, que no puedo tomar en consideración estadística, al con­ trario de lo que les sucedió a los mencionados autores que se vie­ ron contestados por 293 encuestados, todos ellos conocedores de la homeopatía; 45 por 1OOde los cuales pensaban que la homeopatía puede ser eficaz en el tratamiento de las infecciones respiratorias superiores y en la fiebre del heno; por el contrario, fueron mayoría los médicos holandeses que pensaban que no era posible· que :la homeopatía tuviese la más .mínima eficacia.

La primera conclusión a la que he llegado, obviamente personal y no objetivable estadísticamente por el momento, como sucede con tantas curcunstancias en las que intervienen aspectos culturales, sociales, psicológicos y económicos, tanto nacionales como locales, es que las medicinas alternativas dirigidas a la población infantil de nuestro país, están· en proceso de expansión, pues son mucho más numerosas, cuentan con muchos más cultivadores y con una clien­ tela mayor de lo que podría imaginarse en un principio; y cuya sim­ ple enumeración y somera descripción de sus principales caracterís­ ticas distintivas, me.llevaría varias horas de esta ocupada Academia y producirla, que duda cabe, el tedio de mi amable y distinguida audiencia; por lo que me limitaré a hacerles saber que he llegado a.catalogar cerca de un centenar de ellas, y proyectar algunos de sus anuncios que se.me han antojado como mas singulares. En todo caso, en la publicación de esta comunicación en los «Arrales», po­ drán encontrar, quienes estén eventualmente interesados en este tema, un-a información y. una bibliografía mucho más detallada.

La homeopatía es un sistema terapéutico elaborado por el mé­ dico judío-alemán Samuel Hahnemann a comienzos del siglo XIX. Hay varios principios básicos, o leyes, usando su terminología, en el .ejercicío de la homeopatía. La·primera, «tratar lo semejante con lo semejante» (similia similibus curantur) es fundamental· y consti­ tuye .su origen. Experimentando en sí mismo Hahnemann encontró en 1790 que la corteza de quina le producía el mismo tipo de sín­ tomas que el paludismo, la enfermedad para cuyo tratamiento so­ lía utilizarse. Dedujo que los síntomas del paludismo eran una ex­ presión de las defensas del organismo y que la corteza de quina actuaba estimulándolas.

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Partiendo de esa idea, ensayó en un grupo de. familiares y ami­ gos sanos una gran variedad de sustancias, anotando meticulosa­ mente los efectos- que producían. Estos experimentos, que calificó de «pruebas», le mostraron un hecho que le pareció sorprendente: muchas sustancias producían grupos de síntomas que se asemeja-

 

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ban a los de determinadas enfermedades humanas, lo que le llevó al concepto de que pueden estimularse y fomentarse las defensas de un organismo con una sustancia que produzca la misma sintoma­ tología específica en las pruebas. De esta forma Hahnemann empe­ zó a sistematizar la «ley de la similitud», no sin ciertas connotacio­ nes políticas de la Revolución Francesa (ALBARRACÍN TEULóN): una sustancia que puede producir síntomas en una persona sana los pue­ de curar en una enferma. El sistema, al que Hahneman llamó ho-· meopático, de homoios, semejante, y pathos, enfermedad, le planteó inm.ediatamente un difícil problema: las sustancias que utilizaba para controlar los síntomas tendían a agravarlos. Con objeto de aminorar su intensidad, Hahnemann disminuyó progresivamente las dosis administradas y, según él, descubrió qué cantidades infinitesi­ males podían seguir siendo curativas sin la aparición de ningún efecto indeseado. Posteriormente llegó a la conclusión de que para ser curativa una terapa similar debía ser preparada mediante una combinación de diluciones seriadas, así como de sucusiones o enér­ gicas agitaciones, siendo mayor su potencia cuanto mayor era su dilución y agitación, estableciendo la segunda ley de la homeopa­ tía: la «ley de la dosis minima y de la dinamización», con lo que se desmaterializa el medicamento, que así libera toda su energía. Los homeópatas dicen utilizar con éxito diluciones de 1/10 elevado a 200.000, o sea 0,-199.000 ceros y un l.

rada alguna nueva forma de energía que, contenida en la sustancia original es, de alguna manera ignorada, trasmitida a las moléculas del disolvente (agua en la mayoría de los casos), aumentándose ad iniinitum (VITHOULKAS). Permitaseme, aquí y ahora, la ironía, sólo con objeto de distraer a mi paciente audiencia, que de acuerdo con la segunda ley homeopática, si yo dejo caer cinco gotas de tintura de acónito al comienzo del descenso del río Sella y subo en el tren que lo sigue, al finalizar el trayecto podré coger una taza de solu­ ción de acónito homeopáticamente potencializada y dinamizada, luego de tantas y tantas diluciones y agitaciones como las que ha experimentado.

Las terapias homeopáticas se obtienen a partir de una amplia variedad de sustancias orgánicas e inorgánicas: plantas, minerales, venenos, tóxicos y hasta tejidos enfermos o nosodes en la termino­ logía homeopática; siendo en. el pasado, en la mayoría de los casos, los mismos homeópatas los que se encargaban de preparar y diluir sus productos terapéuticos con la ayuda de un maletín portátil, al que en España llamaban «petaca», por lo que se les conocía como «médicos petaquistas». En la actualidad existen abundantes farma­ cias homeopáticas distribuidas por toda España, con una factura­ ción de unos 4.000 millones de pesetas (CIDóNMADRIGAL). En Ma­ drid la primera que conocemos figura en un conocido cuadro de Antonio López de la Gran Vía de Madrid, habiéndose sustituido las «petacas» por vistosos ·Kits.

l. La homeopatía es especialmente eficaz entre los lactantes y niños de corta edad, por su falta de efectos secundarios (MURRAY y SEPHERD) y en los que no cabe apelar al efecto placebo.

¿Cómo puede actuar una terapia si no contiene ni siquiera una sola molécula de sustancia activa? Para los homeópatas no existe en la física o en la química moderna explicación de este fenómeno, y contestan que mediante las técnicas de dilución y sucusión es libe-

¿Dónde tiene la homeopatía su mayor campo de acción pediá­ trica? Según Bovn.Superìntendente Médico del Hospital Homeopá­ tico de Glasgow, en enfermedades o trastornos muy difíciles de tra­ tar en la práctica cotidiana pediátrica, como son: las alergias respiratorias con su molesto acompañante de tos. subcrónica; las afecciones de la piel, como eczemas, dermatitis y psoriasis; los do­ lores articulares; el asma, la jaqueca; las anginas, la fiebre «sine materia», las lesiones sépticas como la neumonía, tratada con éxito

Otra curiosa ley homeopática de uno de los discípulos de hah­ neman, la ley de Hering, es: «La curación se produce de dentro a fuera, de arriba a abajo y de un órgano importante a otro menos

importante, desapareciendo los síntomas en orden inverso a su apa-

. .,

rieron»,
Algunas de las observaciones de la práctica homeopática para

mantener esta medicina alternativa en la infancia, sin perder de vista que Hahnemann obtuvo sus primeros resultados alentadores con la homeopatía en la prevención y tratamiento de la escarlatina infan­ til (KING), son las siguientes:

2. En los jóvenes y adolescentes el efecto placebo .suele mante­ nerse sólo algunos días o semanas, en tanto que la curación ho­ meopática es duradera (REILLY, TAYLOR, MCSHARRY y AITCHISON).

3. Se han administrado terapias homeopáticas sin conocimien­ to ni de los familiares, ni de los niños o jóvenes enfermos, y se ha producido la curación.

 

340 ANALES DE LA REAL

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341

por la homeopatía mucho antes de la introducción de los antibióti­ cos; los vómitos, las gastritis y las colitis; y las situaciones ambien­ tales emocionales que pueden producir fracaso escolar, problema tan frecuente actualmente.

rios y 900 hospitalizados por año (Diario Médico), entre los que se cuentan distinguidos miembros de la aristocracia; y en países de escaso nivel económico y sanitario, como es, sobre todo, la India. En muchos países en vía de desarrollo constituye un sistema sani­ tario plenamente aceptado.

En las leucemias y cánceres, literalmente según el mencionado homeópata Bovn: «La enfermedad puede ser modificada y en oca­ siones detenida y, sobre todo, se puede mejorar el bienestar y la calidad de vida del paciente». Según SCHELLER y RECKWERG el tra­ tamiento esencial del cáncer es homeopático.

La homeopatía se introdujo en España por el nap.olitano Cosme Horatio, quien en 1829 acompañaba al Monarca de Nápoles con motivo del casamiento de la hija de éste con Fernando VII, siendo inmediatamente bien acogida por las clases altas en general, sobre todo por la aristocracia y el clero, por adecuarse a unos principios invariables en un momento, el siglo XIX, en que todo cambiaba. Los

Así pues surge esta otra pregunta: ¿Cuáles son los límites de la homeopatía? Según el sentir de los homeópatas cuando están indi­ cadas las intervenciones quirúrgicas, como son ·las apendicitis, las hernias, y.los trastornos ortopédicos; y en las deficiencias de vita­ minas, minerales u hormonas.

·médicos homeópatas españoles, ejerciendo en las ciudades y muy excepcionalmente en los pueblos grandes, cobraron los honorarios más elevados de la época (CALBET CAMARASA). No deja de ser curio­ so en este sentido el artículo aparecido en 1.882 en el Boletín del Instituto Homeopático y Hospital de San José, del doctor García López, en el que se dice textualmente: «¿Qué sucedió cuando se comenzó a ejercer en Madrid la Medicina homeopática? … Pues su­ cedió que como la oferta era poca y la demanda mucha, se logró que los médicos homeópatas se apreciaran en más de lo que hasta entonces lo eran todos los médicos y cirujanos de San Carlos, aun­ que fueran Catedráticos, que no se habían figurado hasta entonces que una visita pudiera valer más de un escudo, o medio duro., e iban por las calles de la corte como auténticos jornaleros de la ciencia.

En la actualidad ya están a la venta, en prácticamente todo el mundo, incluida España por supuesto, discos de computadora, en los que los síntomas que se observan en los niños indican la· tera­ péutica homeopática que debe elegirse, entre miles de posibilidades, pues según la doctora ALFONSO la aprobación de la Ley del Medica­ mento Homeopático supone la introducción de 10.000 nuevos pre­ parados.

·La homeopatía pediátrica se ejerce en la actualidad en el Nuevo Continente, principalmente ·en los Estados ·Unidos ·de América y Canadá,’ América Central y del Sur en general;. y la Argentina en especial. contando Méjico con una especialización ·oficial homeopá­ tica de cuatro años de duración luego de la terminación de la licen­ ciatura (PORTALES); y en el Viejo Continente, Suiza en la· que existe como especialización optativa del doctorado desde que en marzo de 1992 el Gran Consejo Helvético decidió que se impartiese docencia

¡Qué asombro cuando vieron que algunos médic.os homeópatas co­ braban dos y cuatro duros por visita (entre 25.000 y 50.000 ptas. actuales) y dieciséis por consulta (200.000 ptas. de 1996) infinita­ mente más de lo·que ellos habían estipulado! Entonces todos los mé­ dicos se vieron obligados a elevar sus honorarios que los enfermos no tuvieron más solución que aceptar. Ya sabemos que muchos mé­ dicos se quieren escuchar en el.hermoso manto de la caridad. Pero las cosas que se sirven gratuitamente son útiles, pero no valen». En el año 1852 los dos primeros contribuyentes médicos fueron dos ho­ meópatas: los doctores Hysem y Núñez (ALBARRACÍN TEULóN).

homeopática en las Facultades de Medicina (Tribune), Austria, Ita­ lia, Alemania con más de 10.000 médicos homeópatas; Francia, -país en el que se calcula que el 10 por 100 de la población acude a las consultas homeopáticas integradas dentro del Sistema Nacional de Salud,· con un consumo de medicamentos homeopáticos que supo­ nen el 18 por 1OOdel gasto farmacéutico del país, y siete Faculta­ -des ·de Medicina en las que se imparte su enseñanza en cursos· de postgrado de tres años de duración; Gran Bretaña, donde la homeo­ patía está integrada en el National Health Service (SWAYNE), con cinco hospitales homeopáticos, de los cuales el mayor es el Royal Hospital Homoeopathy de Londres, con 3·0.000 enfermos ambulato-

Precisamente en la segunda mitad del siglo XIX, la homeopatía contó con diversas instituciones en varias ciudades españolas. Ha­ cemos un somero repaso de las más importantes situadas en Ma­ drid y BarceJona. En Madrid, en febrero de 1879 se inauguró el Hospital Homeopático de San José, en la calle Eloy Gonzalo, 3, por iniciativa de la Sociedad Hahnemanniana, sobre todo mediante sus-

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En Barcelona la homeopatía contó también con una vida vigo­ rosa, publicándose la «Revista de la Doctrina Homeopática», la única en todo el continente europeo. Entre las principales instituciones figuraba el Hospital del Niño Dios, con un pabellón independiente para enfermos infecciosos; y el Sanatorio Marítimo de San José, en la Barceloneta. Además, ejercieron con gran éxito entre banqueros y políticos médicos homeópatas en Sevilla, Jaén, Baeza, Toro, Gra­ nada, Nerja, Albuñol, Badajoz y Mataró (SEBASTIAN COLL). Figuras como Letamendi y Salvador de Madariaga fueron adeptos a la ho­

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tener en cuenta en nuestro país la presencia de las medicinas alter­ nativas, entre ellas la homeopatía. Por nuestra parte, interesados en el tema, estamos en condiciones de decir en esta Acadrmia; única­ mente con datos e impresiones personales, a falta de ~ficiales, que

numerosos prodigios de la tecnología, haya afectado demasiado al mundo de las supersticiones, entre cuyos adeptos no faltan, por lo visto, personajes ilustrados. Antes al contrario, produce una cierta sorpresa constatar la proliferación de visionarios de todo tipo que ofrecen sus servicios «profesionales» en las páginas de los periódi-

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cripción pública, donativos y venta de objetos de pacientes a: ciclos, que todavía se conserva, si bien en estado de grave deterioro (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid); y que desde hace esca­ so tiempo ha abierto una consulta pública gratuita vespertina e11lel extremo derecho de su galeróa de madera acristalada. Este hespí­ tal contaba con la ayuda de 10.000 pesetas anuales del Gobierno, hasta que fue suprimida por Sagasta.

la homeopatía está experimentando una fase de extraordinario es­ plendor entre la población infantil española. Según Albert Solé, homeópata del Hospital del Niño Dios de Barcelona, en España puede actualmente haber unos 2.000 médicos homeópatas, cuando en 1979 sólo había 22. Algunas de las motivaciones principales, sumariamente enunciadas, que pueden servir para el conjunto de las medicinas alternativas en general y de la homeopatía en la infan­ cia en particular, pueden ser las siguientes:

34.2

ANALES D.E 1,A REAL

ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA

343

Por una Orden de 1846 fue aprobada la Sociedad Hahnemian­ nana Matritense, estableciéndose en su seno la docencia, fundando el Instituto Homeopático Matritense y la Academia Homeopática Española. Ya en nuestro siglo se fundó la Liga Homeopática Ibero­ americana, pronunciando el Dr. Gregorio MARA.NON, en. el Congreso Internacional de Homeopatía celebrado en Madrid en ~933, su con­ ferencia inaugural, en la que los calificó como heréticos( mencionan­ do, no obstante, como una de las verdades trascendentales de su

1. En la homeopatía se considera al niño y al adolescente de una forma holística, es decir, en su totalidad y dentro de un espec­ tro familiar, social y hasta ecológico, partiendo de que la falta de salud o la enfermedad proceden de un desequilibrio y no sólo del agente causal y la evolución patógena (Ley de la individualización homeopática).

doctrina, la vacunoterapia, a la que denominó «homeopatía bioló-

2. La consulta hemiopática no consiste sólo en la enumeración de algunos síntomas principales, una veloz exploración física, cuan­ do se produce, y una prescripción, como desafortunadamente suce­ de tan a menudo en el ejercicio de la pediatría, por ejemplo en el Insalud. Por el contrario, una vez obtenida la sintomatología física detallada, debe establecerse una vinculación suficiente con los pa­ dres y el hijo para permitir una mayor investigación de los facto­ res mentales y emocionales. Interesa conocer las emociones, las vi­ vencias familiares, los trastornos morales, etc. Para el homeópata, ésta es, a menudo, la parte más importante de la consulta. Sólo cuando los sentimientos y temores ocultos se sacan a la superficie puede el homeópata elegir el medicamento que produzca la curación (GOERKE). La homeopatía que fue ensayada por vez primera en un hospital psiquiátrico por Hahnemann (que preconizaba un trata­ miento humano y moderado con los dementes, siendo así pues co­ etáneo de Pinel) (PÉREZ; ToMSKO), es el antecentente más claro del psicoanálisis freudiano .

gica», y preconizando un acercamiento entre médicos: homeópatas y no homeópatas. Curiosamente los actuales médicos homeópatas occidentales se muestran totalmente contrarios a las vacunaciones infantiles (CARLYÓN, OUINONES).

meopatía; e Isabel II de España tuvo como Médico de Cámara a un

homeópata, el Dr. Núñez, al que llegó a otorgarle el título de mar- .qués, además de la Gran Cruz de las Órdenes de Carlos III y de Beneficencia y Comendador de la de Isabel la Católica (GONZÁLEZ­ CARBAJAL); en tanto que Hysern, también homeópata, fue el médico

3. En la homeopatía pediátrica se evita a ultranza la superes­ pecialización que caracteriza a gran parte de la pediatría española

de los Infantes de España. (ALBARRACÍN TEULÓN).
En la actualidad, según el profesor LóPEZPINEIRO, es conveniente

·y occidental en general.
4. No parece que el avance de las ciencias, ni los cada vez más

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desto entender, del auge actual de.la homeopatía .entre médicos jó­ venes (unos 250 en el Simposio Nacional de Homeopatía Pediátri­ ca, celebrado en Madrid> en mayo de 1995) e hispanoparlantes afincados en España, muchos de ellos bien establecidos en pobla­ ciones de alto nivel económico y con una clientela pediátrica que

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ACADEMIA. NACIONAL DE MEDICINA 345

cos españoles, Por otra parte, algunos personajes de esta variopin­ ta familia se han hecho muy populares gracias a Ios espacios que con generosidad les ceden las cadenas de televisión.

un systema medical que a pour base l’inconnu; pour bout l’impossible, et pour resultat la nulité», Según LECOMTE, Profesor de Fisiología de là Universidad de Lieja: «Nuestro actual conocimiento de las circuns­ tancias de causa a efecto en la medicina hace que las hipótesis básicas de la homeopatía nos parezcan en su mayor parte inacep- .tables. Puede legítimamente afirmarse que no hay nada que justifi­ que el principio de «los similares» ·en el conocimiento médico actual. Es naturalmente obvio, como s·ostienen los homeópatas, que cada paciente es física y psicológicamente único. Ninguno de nosotros,

5. Según Ivan Ilich: «La evolución de la morbilidad indica que

en los cien últimos años la influencia de los médicos sobre las en­

fermedades no ha sido mayor que. la de los sacerdotes en milenios anteriores»,

6. Las actuales ordenaciones existentes en·España para ejercer la pediatría, junto con la creciente bolsa de desempleo· médico y la ambigüedad y tolerancia existente en el actual Código de Etica y Deontología Médica de la Organización Médica Colegial (en sus artículos 24 y 33) (HERRANZ), han ·sido los motivos, a nuestro mo­

incluso los niños más pequeños, reacciona a la adversidad o a los estímulos patológicos exactamente de la misma manera. Pero tam­ bién hay que admitir que las enfermedades específicas tienen mo­ dalidades generales. Además, diferentes enfermedades pueden pro­ ducir síntomas casi idénticos».

muchos especialistas muy bien formados no dejarían de envidiar; situación contraria.a la de otros muchos países occidentales, como Alemania, donde la práctica de la homeopatía, sobre todo .en ma­ nos deIos «Heilpratiker», está perfectamente sancionada (LATORRE; ZUDAIRE). En España, una. de las S·ociedades Médicas con mayor número de afiliados (SANITAS), excluye los procedimientos .que no tengan suficientemente probada su contribución eficaz en la preven­

Las Academias de Medicina de Bélgica son todavía más contun­ dentes: «La eficacia terapéutica de los procedimientos homeopáticos no tiene base científica. No pueden presentarse resultados de estu­ dios de farmacología clínica o experimental lógicamente verificados en apoyo de la eficacia de los tratamientos homeopáticos al cabo de

ción, tratamiento o curación de las enfermedades, citando entre ellos

curados por el tratamiento homeopático, o cualquier otras medici­ nas alternativas, cuyo poder curativo está basado exclusivamente en el carisma, el·ambiente terapéutico y la fe que se pongan en él. ¿Pero de qué enfermos se traia?

la homeopatía. Por el contrario, la Clínica Ruber Internacional de

La.homeopatía y muchas medicinas alternativas o complemen­ tarias ejercen su poder en los pacientes infantiles, o sus familiares, que más influyen sobre él, y cuyos trastornos tienen un extraordi­ nario componente psícosomático, con unas molestias que no han sido tomadas en consideración por sus pediatras ortodoxos. Los pediatras estamos casi siempre demasiado ocupados, o no ponemos el suficiente interés, e incluso carecemos de experiencia, para dedi­ car todo el tiempo que precisan los trastornos funcionales de los

Madrid, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y la Clínica Dexeus

de Barcelona; han incorporado la. terapia homeopática (Diario Mé­ dico).

Conviene citar en este momento que, según CAMPBELL> los dile­ mas éticos para el pediatra son particularmente difíciles, ya que el ·niño y el adolescente como pacientes no pueden ejercer su autono­

mía y participar en decisiones que puedan afectar vitalmente a su salud presente y futura. Permítasenos mencionar que desde su ori­ gen y hasta la actualidad (ACHILLES) la homeopatía ha sido utiliza­ da en. veterinaria con gran aceptación por parte de. los· dueños de

niños y adolescentes que, por otra parte, no sabemos considerar, en -la praxis contidiana de escasa importancia.· En este sentido, mi bola de cristal particular me dice que en elIu turo español cada vez ha­ brá más niños y adolescentes que serán llevados a las consultas de

los animales domésticos (DONATO).·

Llegados a este punto debemos plantearnos si la homeopatía- es una ciencia o un dogma. A esta pregunta ya contestó el célebre TRousSEAU hace un siglo, de la siguiente. forma; «L’homoeopathie est

las medicinas alternativas.
Pero la patología de los estados emocionales de los niños y de

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175 años de su aparición».
No obstante, algunos pacientes, o sus padres, dicen que han sido

 

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·- —-· .

346

los adolescentes también está sometida a las leyes de causa y efec­ to, cuando el pediatra se molesta en conocerlas y aplicarlas.

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De acuerdo con PINSENT, Consultor de Investigaciones del Cole­ gio de Médicos de Gran Bretaña: «La homeopatía nunca ha sido evaluada objetivamente. Ninguno de los que la práctica comprende

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ANALES DE LA REAL

ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA

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importante, después de hacer· patente mi felicitación, destacar que un elevado número de estas «medicinas» son realmente «prácticas médica no validadas», puesto que, en muchas de ellas, no se ha demostrado científicamente su eficacia terapéutica.

MESMER, F.: Mémoire sur le découverte du magnétisme animal. París. P. F. Didot, t 979.

Al?OMATOTERAPIA

Tal circunstancia es trascendente toda vez que nuestras directri­ ces deontológicas establecen que los médicos, en el ejercicio de su profesión, deben rechazar toda práctica o proceder que no haya acreditado suficientemente su eficacia. Así, pues, los profesio­ nales de la Medicina encuentran importantes limitaciones en la posible utilización de las denominadas «medicinas alternativas», aunque no se les oculte que muchas de ellas son utilizadas por un elevado porcentaje de la población mundial para aliviar sus padeci­ mientos.

PRICE, S.: Aromatoterapia práctica. Traducción española. Aldaba ediciones. Madrid, 1989, 214 pág. .

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L!TOTEl?AP!A
SHA, J. A. y SALCEDO, A.: Manual de Litoterapia. La curación por las rocas.

Obelisco, Barcelona, 1993, 109 págs.

Por lo que respecta al interés de la Homeopatía es detener en cuenta que a finales del siglo XVIII y principios del XIX el arsenal terapéutico. aunque numeroso, era de muy dudosa eficacia y con frecuencia mal tolerado, por lo que el sistema propuesto por HAH­ NEMANN de utilizar los productos medicamentosos en dosis infinitesi­ males y a enormes diluciones, ponía a salvo de graves intoxicacio­ nes. Actualmente el principio básico de la·Homeopatía y su eficacia terapéutica son muy discutidos y, en gran parte, rechazados, aun­ que pueda tener a su. favor el ser bien tolerada y, quizá. estimular los mecanismos naturales de defensa del organismo frente a la en­ fermedad.

[RJDOLOG[A
JAUSAS, G.: Tratado práctico de iridologia médica. Madrid, 1982, 283 págs.

MEDITACIÓN
SUAM! VISHNU DEVANANDA: Meditación y Mantras. Alianza Editorial, Madrid,

t988, 317 págs.

REFlEXOTERAPJA

LEIBOLD, G.: Reflexoterapia. Aldaba Ediciones, 1989, 123 págs.

MEDICINA POPULAR

Por otra par-te y en relación con la Neturopatía, puede ser inte­ resante recordar que el joven médico alemán SCHWENINGER, naturó­ pata; tomó a su cargo en 1880 el atender al canciller Von BISMARK, al que su médico de cabecera Prof. Von FRERICHS, de la Facultad de Medicina de Berlín, le había dado seis meses de posiblê superviven­ cia. La suspensión de toda medicación y la implantación de un ri­ guroso régimen de comidas, la regulación del ejercicio y el reposo, las sesiones de masaje y la aplicación de baños y duchas, le permi­ tieron recuperar la salud y continuar sus actividades hasta su falle­ cimiento en 1898.

KVSCHICK, L: Medicina Popular Española. Siglo Veintiuno de España Edito­ res, Madrid, 1995, 168 págs,

ACUPUNTURA Y MOX/BUST/ON
HUARD, P. y WONG, M.: La Medicina China. Guadarrama, Madrid, 1968, 250

págs. y figs. ·

INTERVENCION DEL PROF. MANUEL ARMUO·VALENZUELA

Es también destacable que Halfdan T. MAHLER, en 1974, siendo Director de la OMS y dirigiéndose a los 139 Delegados de los Esta­ dos miembros de la misma. manifestó que consideraba válida la «folkmedicíne» en los países subdesarrollados, carentes de una Me­ dicina científica, .en los. que curanderos y parteras podían interve­ nir favorablemente, al menos como mal menor. MAHLER declaraba

Ha sido realmente interesante la conferencia que nos acaba de dictar el Dr. VALTUEÑA acerca de las Medicinas alternativas en Pe­ diatría y, en especial, de la Homeopatía. Por mi parte, considero

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así la conveniencia de recurrir a cuantos medios y sistemas pudie­ ran ayudar a recuperar la salud o aliviar los sufrimientos y en este campo figuran las «medicinas marginales o alternativas» siempre que hayan podido demostrar su eficacia. No se nos oculta que en gran parte la favorable acción de estas «medicinas» puede encon­ trarse en la fe y confianza que en ella ponen los propios enfermos; pero es que, en todos los casos, el paciente es una persona y ade­ más doliente, que .requiere ser atendida en su real padecer y en la

PALABRAS FINALES DEL PRESIDENTE

forma de padecerlo.
En este sentido pueden encontrar ventaja las «medicinas alter­

El tema de Valtueña es apasionante. Lo ha hecho espléndidamen­ te y, además, divertido y muy bien presentado. Tan apasionante es que en la Federación Europea de Academias de Medicina, en cuya reunión estuvimos Schüler y yo en octubre, representando a la nues­ tra, se hizo un balance sobre cuál podría ser el tema de la próxi­ ma, qu.e será en Portugal, y cada uno de los representantes de las Academias propuso un tema; salieron tres o cuatro peticiones de que fuera Medicinas Alternativas y éramos doce personas las que pro­ porcionamos temas. Fue, consiguientemente, aceptado y la Junta Directiva acordó encargar esa ponencia a Manuel Armijo y a Luis Pablo Rodríguez para que estudiasen todo este mundo de las me­ dicinas alternativas.

nativas» que, como defiende SÃNCHEZ GONZÁLEZ, han comenzado a denominarse «Medicinas holísticas» considerando el carácter integral del ser humano y la conveniencia del atender la «identidad biopsi­ colögíca» de cada sujeto, sin que esto deba suponer restar valor a la Medicina científica, realmente validada.·

Determinadas prácticas de las «medicinas alternativas» pueden ser consideradas ramas de la Medicina si corren a cargo de médi­ cos que las prescriban y controlen; pero es relativamente frecuente que estas «medicinas» sean dirigidas y practicadas por personas sin formación médica o sanitaria, que solo incurren en «intrusismo» si

Una vez más hemos visto el escepticismo con que se habla, y la educación y la cortesía con que se habla de ellas, pero el fondo escéptico que alimenta las intervenciones de todos los presentes y, sobre todo el acierto de los que han intervenido al subrayar que esa medicina tiene un gran componente empírico y un gran componente humanístico, que es lo que la hace útil para muchos casos conç_re­ tos. Pero es justo que se ponga orden en este asunto y que la me­ dicina científica vaya comiendo terreno a la homeopatía y a las demás formas de medicinas alternativas -no digamos la acupuntu­ ra-, porque si no puede ser un desmadre. Y en ese sentido creo que la Federación Europea· va por buen camino y el criterio de los médicos en general también por muy buen camino.

practican exploraciones o reconocimientos clínicos. Recordemos al efecto que el,Tribunal Supremo, en sentencia dada en 1992, esta­ blecía «dado que estas prácticas no se enseñan en las Facultades de Medicina y no están incluidas en el catálogo de Especialidades médicas, no se requiere título de médico para su práctica». En este caso concreto se hacía referencia al «Naturalismo», pero poco tiem­ po después, el Juzgado Penal n.o 1 de Palma de Mallorca sentencia­ ba: «la práctica del Naturismo requiere la titulación de médico y la

Se levanta la ·sesión.

práctica por otras personas supone delito de usurpación de funcio- nes».

Actualmente varias Facultades de Medicina españolas dan forma­ ción de postgraduado en determinadas «medicinas alternativas» y el Consejo Nacional de Especialidades ha considerado la conveniencia de que determinadas Medicinas alternativas fueran reguladas por la LOPS. y también así lo• ha considerado el Ministerio de Sanidad y Consumo.

Las «medicinas alternativas» atienden esencialmente la subjeti­ vidad del paciente, lo que puede reportar beneficios; pero en nin­ gún caso deben restar valor a la Medicina científica, postponerla o retrasar su aplicación en procesos graves . 

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gallo de Sócrates, cual fue su evolución y cual es su estado actual. En la civilización occidental suele considerarse terapia alternativa cualquier actividad con intención curativa que no está conforme con los criterios de la comunidad científica.

Desde el comienzo de mis observaciones, me llamó la atención por los motivos anteriormente expuestos, la homeopatía, por ser la que mayor audiencia tiene en la actualidad occidental,· por lo que el tiempo que me queda para mi exposición, lo voy a dedicar casi exclusivamente. a este tipo de medicina alternativa, por supuesto en cuanto concierne a la infancia, si bien debo decir desde el comien­ zo que existen escasas diferencias en sus fundamentos con la qtte se ejerce con los adulto.

Desde hace más de cinco años, en un principio por mera curio­ sidad y posteriormente con un auténtico apasionamiento al obser­ var su difusión mundial, la atención que se les prestaba, incluso en instituciones internacionales de tanto prestigio como la Organización Mundial de la Salud y, sobre todo, la importancia que han ido ad­ quiriendo en éstos últimos años entre la población española en ge­ neral y particularmente la infanta-juvenil, he estudiado las medici­ nas alternativas, con especial atención a las que tienen por objeto los niños y los adolescentes, a través de libros, monografías, con­ gresos, cursos, conferencias, lecturas de periódicos de ámbito nacio­ nal y local, comunicaciones personales con profesionales de este tipo de medicinas, visitas a lugares donde se ejercían y a ·otros en los que se fabricaban y vendían sus preparados y, obvio parece decir­ lo, amistosas entrevistas desprovistas de todo tipo de prejuicios, con los adolescentes y padres de niños (algunos de ellos ex-clientes míos), que habían sido tratados con medicinas alternativas, tanto en España como en otros países. Debo decir, con absoluta sinceridad, que al elaborar esta comunicación, nunca ha sido mi deseo hacer una «caza de brujas».

Al tener ya elegido el tema de esta comunicación, hace unos seis meses, hice una encuesta escrita (enviando el sobre franqueado de la contestación) a 300 pediatras españoles, en la que les pregunta­ ba si conocían lo que era la homeopatía, si sabían de algún pedia­ tra que la ejerciese en su misma localidad y si opinaban era de al­ guna eficacia, siguiendo- las líneas de la encuesta que efectuaron en el afio 1990, entre médicos generales holandeses, KNIPSCHILD, KLEI­ JNEN y RIET; recibiendo solamente nueve contestaciones, o sea el 3 por 100, que no puedo tomar en consideración estadística, al con­ trario de lo que les sucedió a los mencionados autores que se vie­ ron contestados por 293 encuestados, todos ellos conocedores de la homeopatía; 45 por 1OOde los cuales pensaban que la homeopatía puede ser eficaz en el tratamiento de las infecciones respiratorias superiores y en la fiebre del heno; por el contrario, fueron mayoría los médicos holandeses que pensaban que no era posible· que :la homeopatía tuviese la más .mínima eficacia.

La primera conclusión a la que he llegado, obviamente personal y no objetivable estadísticamente por el momento, como sucede con tantas curcunstancias en las que intervienen aspectos culturales, sociales, psicológicos y económicos, tanto nacionales como locales, es que las medicinas alternativas dirigidas a la población infantil de nuestro país, están· en proceso de expansión, pues son mucho más numerosas, cuentan con muchos más cultivadores y con una clien­ tela mayor de lo que podría imaginarse en un principio; y cuya sim­ ple enumeración y somera descripción de sus principales caracterís­ ticas distintivas, me.llevaría varias horas de esta ocupada Academia y producirla, que duda cabe, el tedio de mi amable y distinguida audiencia; por lo que me limitaré a hacerles saber que he llegado a.catalogar cerca de un centenar de ellas, y proyectar algunos de sus anuncios que se.me han antojado como mas singulares. En todo caso, en la publicación de esta comunicación en los «Arrales», po­ drán encontrar, quienes estén eventualmente interesados en este tema, un-a información y. una bibliografía mucho más detallada.

La homeopatía es un sistema terapéutico elaborado por el mé­ dico judío-alemán Samuel Hahnemann a comienzos del siglo XIX. Hay varios principios básicos, o leyes, usando su terminología, en el .ejercicío de la homeopatía. La·primera, «tratar lo semejante con lo semejante» (similia similibus curantur) es fundamental· y consti­ tuye .su origen. Experimentando en sí mismo Hahnemann encontró en 1790 que la corteza de quina le producía el mismo tipo de sín­ tomas que el paludismo, la enfermedad para cuyo tratamiento so­ lía utilizarse. Dedujo que los síntomas del paludismo eran una ex­ presión de las defensas del organismo y que la corteza de quina actuaba estimulándolas.

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Partiendo de esa idea, ensayó en un grupo de. familiares y ami­ gos sanos una gran variedad de sustancias, anotando meticulosa­ mente los efectos- que producían. Estos experimentos, que calificó de «pruebas», le mostraron un hecho que le pareció sorprendente: muchas sustancias producían grupos de síntomas que se asemeja-

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ban a los de determinadas enfermedades humanas, lo que le llevó al concepto de que pueden estimularse y fomentarse las defensas de un organismo con una sustancia que produzca la misma sintoma­ tología específica en las pruebas. De esta forma Hahnemann empe­ zó a sistematizar la «ley de la similitud», no sin ciertas connotacio­ nes políticas de la Revolución Francesa (ALBARRACÍN TEULóN): una sustancia que puede producir síntomas en una persona sana los pue­ de curar en una enferma. El sistema, al que Hahneman llamó ho-· meopático, de homoios, semejante, y pathos, enfermedad, le planteó inm.ediatamente un difícil problema: las sustancias que utilizaba para controlar los síntomas tendían a agravarlos. Con objeto de aminorar su intensidad, Hahnemann disminuyó progresivamente las dosis administradas y, según él, descubrió qué cantidades infinitesi­ males podían seguir siendo curativas sin la aparición de ningún efecto indeseado. Posteriormente llegó a la conclusión de que para ser curativa una terapa similar debía ser preparada mediante una combinación de diluciones seriadas, así como de sucusiones o enér­ gicas agitaciones, siendo mayor su potencia cuanto mayor era su dilución y agitación, estableciendo la segunda ley de la homeopa­ tía: la «ley de la dosis minima y de la dinamización», con lo que se desmaterializa el medicamento, que así libera toda su energía. Los homeópatas dicen utilizar con éxito diluciones de 1/10 elevado a 200.000, o sea 0,-199.000 ceros y un l.

rada alguna nueva forma de energía que, contenida en la sustancia original es, de alguna manera ignorada, trasmitida a las moléculas del disolvente (agua en la mayoría de los casos), aumentándose ad iniinitum (VITHOULKAS). Permitaseme, aquí y ahora, la ironía, sólo con objeto de distraer a mi paciente audiencia, que de acuerdo con la segunda ley homeopática, si yo dejo caer cinco gotas de tintura de acónito al comienzo del descenso del río Sella y subo en el tren que lo sigue, al finalizar el trayecto podré coger una taza de solu­ ción de acónito homeopáticamente potencializada y dinamizada, luego de tantas y tantas diluciones y agitaciones como las que ha experimentado.

Las terapias homeopáticas se obtienen a partir de una amplia variedad de sustancias orgánicas e inorgánicas: plantas, minerales, venenos, tóxicos y hasta tejidos enfermos o nosodes en la termino­ logía homeopática; siendo en. el pasado, en la mayoría de los casos, los mismos homeópatas los que se encargaban de preparar y diluir sus productos terapéuticos con la ayuda de un maletín portátil, al que en España llamaban «petaca», por lo que se les conocía como «médicos petaquistas». En la actualidad existen abundantes farma­ cias homeopáticas distribuidas por toda España, con una factura­ ción de unos 4.000 millones de pesetas (CIDóNMADRIGAL). En Ma­ drid la primera que conocemos figura en un conocido cuadro de Antonio López de la Gran Vía de Madrid, habiéndose sustituido las «petacas» por vistosos ·Kits.

l. La homeopatía es especialmente eficaz entre los lactantes y niños de corta edad, por su falta de efectos secundarios (MURRAY y SEPHERD) y en los que no cabe apelar al efecto placebo.

¿Cómo puede actuar una terapia si no contiene ni siquiera una sola molécula de sustancia activa? Para los homeópatas no existe en la física o en la química moderna explicación de este fenómeno, y contestan que mediante las técnicas de dilución y sucusión es libe-

¿Dónde tiene la homeopatía su mayor campo de acción pediá­ trica? Según Bovn.Superìntendente Médico del Hospital Homeopá­ tico de Glasgow, en enfermedades o trastornos muy difíciles de tra­ tar en la práctica cotidiana pediátrica, como son: las alergias respiratorias con su molesto acompañante de tos. subcrónica; las afecciones de la piel, como eczemas, dermatitis y psoriasis; los do­ lores articulares; el asma, la jaqueca; las anginas, la fiebre «sine materia», las lesiones sépticas como la neumonía, tratada con éxito

Otra curiosa ley homeopática de uno de los discípulos de hah­ neman, la ley de Hering, es: «La curación se produce de dentro a fuera, de arriba a abajo y de un órgano importante a otro menos

importante, desapareciendo los síntomas en orden inverso a su apa-

. .,

rieron»,
Algunas de las observaciones de la práctica homeopática para

mantener esta medicina alternativa en la infancia, sin perder de vista que Hahnemann obtuvo sus primeros resultados alentadores con la homeopatía en la prevención y tratamiento de la escarlatina infan­ til (KING), son las siguientes:

2. En los jóvenes y adolescentes el efecto placebo .suele mante­ nerse sólo algunos días o semanas, en tanto que la curación ho­ meopática es duradera (REILLY, TAYLOR, MCSHARRY y AITCHISON).

3. Se han administrado terapias homeopáticas sin conocimien­ to ni de los familiares, ni de los niños o jóvenes enfermos, y se ha producido la curación.

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341

por la homeopatía mucho antes de la introducción de los antibióti­ cos; los vómitos, las gastritis y las colitis; y las situaciones ambien­ tales emocionales que pueden producir fracaso escolar, problema tan frecuente actualmente.

rios y 900 hospitalizados por año (Diario Médico), entre los que se cuentan distinguidos miembros de la aristocracia; y en países de escaso nivel económico y sanitario, como es, sobre todo, la India. En muchos países en vía de desarrollo constituye un sistema sani­ tario plenamente aceptado.

En las leucemias y cánceres, literalmente según el mencionado homeópata Bovn: «La enfermedad puede ser modificada y en oca­ siones detenida y, sobre todo, se puede mejorar el bienestar y la calidad de vida del paciente». Según SCHELLER y RECKWERG el tra­ tamiento esencial del cáncer es homeopático.

La homeopatía se introdujo en España por el nap.olitano Cosme Horatio, quien en 1829 acompañaba al Monarca de Nápoles con motivo del casamiento de la hija de éste con Fernando VII, siendo inmediatamente bien acogida por las clases altas en general, sobre todo por la aristocracia y el clero, por adecuarse a unos principios invariables en un momento, el siglo XIX, en que todo cambiaba. Los

Así pues surge esta otra pregunta: ¿Cuáles son los límites de la homeopatía? Según el sentir de los homeópatas cuando están indi­ cadas las intervenciones quirúrgicas, como son ·las apendicitis, las hernias, y.los trastornos ortopédicos; y en las deficiencias de vita­ minas, minerales u hormonas.

·médicos homeópatas españoles, ejerciendo en las ciudades y muy excepcionalmente en los pueblos grandes, cobraron los honorarios más elevados de la época (CALBET CAMARASA). No deja de ser curio­ so en este sentido el artículo aparecido en 1.882 en el Boletín del Instituto Homeopático y Hospital de San José, del doctor García López, en el que se dice textualmente: «¿Qué sucedió cuando se comenzó a ejercer en Madrid la Medicina homeopática? … Pues su­ cedió que como la oferta era poca y la demanda mucha, se logró que los médicos homeópatas se apreciaran en más de lo que hasta entonces lo eran todos los médicos y cirujanos de San Carlos, aun­ que fueran Catedráticos, que no se habían figurado hasta entonces que una visita pudiera valer más de un escudo, o medio duro., e iban por las calles de la corte como auténticos jornaleros de la ciencia.

En la actualidad ya están a la venta, en prácticamente todo el mundo, incluida España por supuesto, discos de computadora, en los que los síntomas que se observan en los niños indican la· tera­ péutica homeopática que debe elegirse, entre miles de posibilidades, pues según la doctora ALFONSO la aprobación de la Ley del Medica­ mento Homeopático supone la introducción de 10.000 nuevos pre­ parados.

·La homeopatía pediátrica se ejerce en la actualidad en el Nuevo Continente, principalmente ·en los Estados ·Unidos ·de América y Canadá,’ América Central y del Sur en general;. y la Argentina en especial. contando Méjico con una especialización ·oficial homeopá­ tica de cuatro años de duración luego de la terminación de la licen­ ciatura (PORTALES); y en el Viejo Continente, Suiza en la· que existe como especialización optativa del doctorado desde que en marzo de 1992 el Gran Consejo Helvético decidió que se impartiese docencia

¡Qué asombro cuando vieron que algunos médic.os homeópatas co­ braban dos y cuatro duros por visita (entre 25.000 y 50.000 ptas. actuales) y dieciséis por consulta (200.000 ptas. de 1996) infinita­ mente más de lo·que ellos habían estipulado! Entonces todos los mé­ dicos se vieron obligados a elevar sus honorarios que los enfermos no tuvieron más solución que aceptar. Ya sabemos que muchos mé­ dicos se quieren escuchar en el.hermoso manto de la caridad. Pero las cosas que se sirven gratuitamente son útiles, pero no valen». En el año 1852 los dos primeros contribuyentes médicos fueron dos ho­ meópatas: los doctores Hysem y Núñez (ALBARRACÍN TEULóN).

homeopática en las Facultades de Medicina (Tribune), Austria, Ita­ lia, Alemania con más de 10.000 médicos homeópatas; Francia, -país en el que se calcula que el 10 por 100 de la población acude a las consultas homeopáticas integradas dentro del Sistema Nacional de Salud,· con un consumo de medicamentos homeopáticos que supo­ nen el 18 por 1OOdel gasto farmacéutico del país, y siete Faculta­ -des ·de Medicina en las que se imparte su enseñanza en cursos· de postgrado de tres años de duración; Gran Bretaña, donde la homeo­ patía está integrada en el National Health Service (SWAYNE), con cinco hospitales homeopáticos, de los cuales el mayor es el Royal Hospital Homoeopathy de Londres, con 3·0.000 enfermos ambulato-

Precisamente en la segunda mitad del siglo XIX, la homeopatía contó con diversas instituciones en varias ciudades españolas. Ha­ cemos un somero repaso de las más importantes situadas en Ma­ drid y BarceJona. En Madrid, en febrero de 1879 se inauguró el Hospital Homeopático de San José, en la calle Eloy Gonzalo, 3, por iniciativa de la Sociedad Hahnemanniana, sobre todo mediante sus-

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En Barcelona la homeopatía contó también con una vida vigo­ rosa, publicándose la «Revista de la Doctrina Homeopática», la única en todo el continente europeo. Entre las principales instituciones figuraba el Hospital del Niño Dios, con un pabellón independiente para enfermos infecciosos; y el Sanatorio Marítimo de San José, en la Barceloneta. Además, ejercieron con gran éxito entre banqueros y políticos médicos homeópatas en Sevilla, Jaén, Baeza, Toro, Gra­ nada, Nerja, Albuñol, Badajoz y Mataró (SEBASTIAN COLL). Figuras como Letamendi y Salvador de Madariaga fueron adeptos a la ho­

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tener en cuenta en nuestro país la presencia de las medicinas alter­ nativas, entre ellas la homeopatía. Por nuestra parte, interesados en el tema, estamos en condiciones de decir en esta Acadrmia; única­ mente con datos e impresiones personales, a falta de ~ficiales, que

numerosos prodigios de la tecnología, haya afectado demasiado al mundo de las supersticiones, entre cuyos adeptos no faltan, por lo visto, personajes ilustrados. Antes al contrario, produce una cierta sorpresa constatar la proliferación de visionarios de todo tipo que ofrecen sus servicios «profesionales» en las páginas de los periódi-

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cripción pública, donativos y venta de objetos de pacientes a: ciclos, que todavía se conserva, si bien en estado de grave deterioro (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid); y que desde hace esca­ so tiempo ha abierto una consulta pública gratuita vespertina e11lel extremo derecho de su galeróa de madera acristalada. Este hespí­ tal contaba con la ayuda de 10.000 pesetas anuales del Gobierno, hasta que fue suprimida por Sagasta.

la homeopatía está experimentando una fase de extraordinario es­ plendor entre la población infantil española. Según Albert Solé, homeópata del Hospital del Niño Dios de Barcelona, en España puede actualmente haber unos 2.000 médicos homeópatas, cuando en 1979 sólo había 22. Algunas de las motivaciones principales, sumariamente enunciadas, que pueden servir para el conjunto de las medicinas alternativas en general y de la homeopatía en la infan­ cia en particular, pueden ser las siguientes:

34.2

ANALES D.E 1,A REAL

ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA

343

Por una Orden de 1846 fue aprobada la Sociedad Hahnemian­ nana Matritense, estableciéndose en su seno la docencia, fundando el Instituto Homeopático Matritense y la Academia Homeopática Española. Ya en nuestro siglo se fundó la Liga Homeopática Ibero­ americana, pronunciando el Dr. Gregorio MARA.NON, en. el Congreso Internacional de Homeopatía celebrado en Madrid en ~933, su con­ ferencia inaugural, en la que los calificó como heréticos( mencionan­ do, no obstante, como una de las verdades trascendentales de su

1. En la homeopatía se considera al niño y al adolescente de una forma holística, es decir, en su totalidad y dentro de un espec­ tro familiar, social y hasta ecológico, partiendo de que la falta de salud o la enfermedad proceden de un desequilibrio y no sólo del agente causal y la evolución patógena (Ley de la individualización homeopática).

doctrina, la vacunoterapia, a la que denominó «homeopatía bioló-

2. La consulta hemiopática no consiste sólo en la enumeración de algunos síntomas principales, una veloz exploración física, cuan­ do se produce, y una prescripción, como desafortunadamente suce­ de tan a menudo en el ejercicio de la pediatría, por ejemplo en el Insalud. Por el contrario, una vez obtenida la sintomatología física detallada, debe establecerse una vinculación suficiente con los pa­ dres y el hijo para permitir una mayor investigación de los facto­ res mentales y emocionales. Interesa conocer las emociones, las vi­ vencias familiares, los trastornos morales, etc. Para el homeópata, ésta es, a menudo, la parte más importante de la consulta. Sólo cuando los sentimientos y temores ocultos se sacan a la superficie puede el homeópata elegir el medicamento que produzca la curación (GOERKE). La homeopatía que fue ensayada por vez primera en un hospital psiquiátrico por Hahnemann (que preconizaba un trata­ miento humano y moderado con los dementes, siendo así pues co­ etáneo de Pinel) (PÉREZ; ToMSKO), es el antecentente más claro del psicoanálisis freudiano .

gica», y preconizando un acercamiento entre médicos: homeópatas y no homeópatas. Curiosamente los actuales médicos homeópatas occidentales se muestran totalmente contrarios a las vacunaciones infantiles (CARLYÓN, OUINONES).

meopatía; e Isabel II de España tuvo como Médico de Cámara a un

homeópata, el Dr. Núñez, al que llegó a otorgarle el título de mar- .qués, además de la Gran Cruz de las Órdenes de Carlos III y de Beneficencia y Comendador de la de Isabel la Católica (GONZÁLEZ­ CARBAJAL); en tanto que Hysern, también homeópata, fue el médico

3. En la homeopatía pediátrica se evita a ultranza la superes­ pecialización que caracteriza a gran parte de la pediatría española

de los Infantes de España. (ALBARRACÍN TEULÓN).
En la actualidad, según el profesor LóPEZPINEIRO, es conveniente

·y occidental en general.
4. No parece que el avance de las ciencias, ni los cada vez más

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desto entender, del auge actual de.la homeopatía .entre médicos jó­ venes (unos 250 en el Simposio Nacional de Homeopatía Pediátri­ ca, celebrado en Madrid> en mayo de 1995) e hispanoparlantes afincados en España, muchos de ellos bien establecidos en pobla­ ciones de alto nivel económico y con una clientela pediátrica que

344

ANALES DE LA RRAL

ACADEMIA. NACIONAL DE MEDICINA 345

cos españoles, Por otra parte, algunos personajes de esta variopin­ ta familia se han hecho muy populares gracias a Ios espacios que con generosidad les ceden las cadenas de televisión.

un systema medical que a pour base l’inconnu; pour bout l’impossible, et pour resultat la nulité», Según LECOMTE, Profesor de Fisiología de là Universidad de Lieja: «Nuestro actual conocimiento de las circuns­ tancias de causa a efecto en la medicina hace que las hipótesis básicas de la homeopatía nos parezcan en su mayor parte inacep- .tables. Puede legítimamente afirmarse que no hay nada que justifi­ que el principio de «los similares» ·en el conocimiento médico actual. Es naturalmente obvio, como s·ostienen los homeópatas, que cada paciente es física y psicológicamente único. Ninguno de nosotros,

5. Según Ivan Ilich: «La evolución de la morbilidad indica que

en los cien últimos años la influencia de los médicos sobre las en­

fermedades no ha sido mayor que. la de los sacerdotes en milenios anteriores»,

6. Las actuales ordenaciones existentes en·España para ejercer la pediatría, junto con la creciente bolsa de desempleo· médico y la ambigüedad y tolerancia existente en el actual Código de Etica y Deontología Médica de la Organización Médica Colegial (en sus artículos 24 y 33) (HERRANZ), han ·sido los motivos, a nuestro mo­

incluso los niños más pequeños, reacciona a la adversidad o a los estímulos patológicos exactamente de la misma manera. Pero tam­ bién hay que admitir que las enfermedades específicas tienen mo­ dalidades generales. Además, diferentes enfermedades pueden pro­ ducir síntomas casi idénticos».

muchos especialistas muy bien formados no dejarían de envidiar; situación contraria.a la de otros muchos países occidentales, como Alemania, donde la práctica de la homeopatía, sobre todo .en ma­ nos deIos «Heilpratiker», está perfectamente sancionada (LATORRE; ZUDAIRE). En España, una. de las S·ociedades Médicas con mayor número de afiliados (SANITAS), excluye los procedimientos .que no tengan suficientemente probada su contribución eficaz en la preven­

Las Academias de Medicina de Bélgica son todavía más contun­ dentes: «La eficacia terapéutica de los procedimientos homeopáticos no tiene base científica. No pueden presentarse resultados de estu­ dios de farmacología clínica o experimental lógicamente verificados en apoyo de la eficacia de los tratamientos homeopáticos al cabo de

ción, tratamiento o curación de las enfermedades, citando entre ellos

curados por el tratamiento homeopático, o cualquier otras medici­ nas alternativas, cuyo poder curativo está basado exclusivamente en el carisma, el·ambiente terapéutico y la fe que se pongan en él. ¿Pero de qué enfermos se traia?

la homeopatía. Por el contrario, la Clínica Ruber Internacional de

La.homeopatía y muchas medicinas alternativas o complemen­ tarias ejercen su poder en los pacientes infantiles, o sus familiares, que más influyen sobre él, y cuyos trastornos tienen un extraordi­ nario componente psícosomático, con unas molestias que no han sido tomadas en consideración por sus pediatras ortodoxos. Los pediatras estamos casi siempre demasiado ocupados, o no ponemos el suficiente interés, e incluso carecemos de experiencia, para dedi­ car todo el tiempo que precisan los trastornos funcionales de los

Madrid, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y la Clínica Dexeus

de Barcelona; han incorporado la. terapia homeopática (Diario Mé­ dico).

Conviene citar en este momento que, según CAMPBELL> los dile­ mas éticos para el pediatra son particularmente difíciles, ya que el ·niño y el adolescente como pacientes no pueden ejercer su autono­

mía y participar en decisiones que puedan afectar vitalmente a su salud presente y futura. Permítasenos mencionar que desde su ori­ gen y hasta la actualidad (ACHILLES) la homeopatía ha sido utiliza­ da en. veterinaria con gran aceptación por parte de. los· dueños de

niños y adolescentes que, por otra parte, no sabemos considerar, en -la praxis contidiana de escasa importancia.· En este sentido, mi bola de cristal particular me dice que en elIu turo español cada vez ha­ brá más niños y adolescentes que serán llevados a las consultas de

los animales domésticos (DONATO).·

Llegados a este punto debemos plantearnos si la homeopatía- es una ciencia o un dogma. A esta pregunta ya contestó el célebre TRousSEAU hace un siglo, de la siguiente. forma; «L’homoeopathie est

las medicinas alternativas.
Pero la patología de los estados emocionales de los niños y de

·-····—

175 años de su aparición».
No obstante, algunos pacientes, o sus padres, dicen que han sido

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·- —-· .

346

los adolescentes también está sometida a las leyes de causa y efec­ to, cuando el pediatra se molesta en conocerlas y aplicarlas.

BOYD, H.: «La homeopatía en la práctica médica general». Foro Mundial de la Salud, 1983; 4, 118-121.

De acuerdo con PINSENT, Consultor de Investigaciones del Cole­ gio de Médicos de Gran Bretaña: «La homeopatía nunca ha sido evaluada objetivamente. Ninguno de los que la práctica comprende

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Así pues, en tanto no se nos demuestre fehacientemente lo con­

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trario, es muy posible que el gallo de Sócrates continue todavía suelto, vivíto y coleando.

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350

ANALES DE LA REAL

ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA

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importante, después de hacer· patente mi felicitación, destacar que un elevado número de estas «medicinas» son realmente «prácticas médica no validadas», puesto que, en muchas de ellas, no se ha demostrado científicamente su eficacia terapéutica.

MESMER, F.: Mémoire sur le découverte du magnétisme animal. París. P. F. Didot, t 979.

Al?OMATOTERAPIA

Tal circunstancia es trascendente toda vez que nuestras directri­ ces deontológicas establecen que los médicos, en el ejercicio de su profesión, deben rechazar toda práctica o proceder que no haya acreditado suficientemente su eficacia. Así, pues, los profesio­ nales de la Medicina encuentran importantes limitaciones en la posible utilización de las denominadas «medicinas alternativas», aunque no se les oculte que muchas de ellas son utilizadas por un elevado porcentaje de la población mundial para aliviar sus padeci­ mientos.

PRICE, S.: Aromatoterapia práctica. Traducción española. Aldaba ediciones. Madrid, 1989, 214 pág. .

QuEROL, J. C. y C.: El Tarot y Las flores de Bach. Indigo, Barcelona, 1993, 135 págs.

L!TOTEl?AP!A
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Obelisco, Barcelona, 1993, 109 págs.

Por lo que respecta al interés de la Homeopatía es detener en cuenta que a finales del siglo XVIII y principios del XIX el arsenal terapéutico. aunque numeroso, era de muy dudosa eficacia y con frecuencia mal tolerado, por lo que el sistema propuesto por HAH­ NEMANN de utilizar los productos medicamentosos en dosis infinitesi­ males y a enormes diluciones, ponía a salvo de graves intoxicacio­ nes. Actualmente el principio básico de la·Homeopatía y su eficacia terapéutica son muy discutidos y, en gran parte, rechazados, aun­ que pueda tener a su. favor el ser bien tolerada y, quizá. estimular los mecanismos naturales de defensa del organismo frente a la en­ fermedad.

[RJDOLOG[A
JAUSAS, G.: Tratado práctico de iridologia médica. Madrid, 1982, 283 págs.

MEDITACIÓN
SUAM! VISHNU DEVANANDA: Meditación y Mantras. Alianza Editorial, Madrid,

t988, 317 págs.

REFlEXOTERAPJA

LEIBOLD, G.: Reflexoterapia. Aldaba Ediciones, 1989, 123 págs.

MEDICINA POPULAR

Por otra par-te y en relación con la Neturopatía, puede ser inte­ resante recordar que el joven médico alemán SCHWENINGER, naturó­ pata; tomó a su cargo en 1880 el atender al canciller Von BISMARK, al que su médico de cabecera Prof. Von FRERICHS, de la Facultad de Medicina de Berlín, le había dado seis meses de posiblê superviven­ cia. La suspensión de toda medicación y la implantación de un ri­ guroso régimen de comidas, la regulación del ejercicio y el reposo, las sesiones de masaje y la aplicación de baños y duchas, le permi­ tieron recuperar la salud y continuar sus actividades hasta su falle­ cimiento en 1898.

KVSCHICK, L: Medicina Popular Española. Siglo Veintiuno de España Edito­ res, Madrid, 1995, 168 págs,

ACUPUNTURA Y MOX/BUST/ON
HUARD, P. y WONG, M.: La Medicina China. Guadarrama, Madrid, 1968, 250

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INTERVENCION DEL PROF. MANUEL ARMUO·VALENZUELA

Es también destacable que Halfdan T. MAHLER, en 1974, siendo Director de la OMS y dirigiéndose a los 139 Delegados de los Esta­ dos miembros de la misma. manifestó que consideraba válida la «folkmedicíne» en los países subdesarrollados, carentes de una Me­ dicina científica, .en los. que curanderos y parteras podían interve­ nir favorablemente, al menos como mal menor. MAHLER declaraba

Ha sido realmente interesante la conferencia que nos acaba de dictar el Dr. VALTUEÑA acerca de las Medicinas alternativas en Pe­ diatría y, en especial, de la Homeopatía. Por mi parte, considero

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ANALES DE LA REAi

ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA 353

así la conveniencia de recurrir a cuantos medios y sistemas pudie­ ran ayudar a recuperar la salud o aliviar los sufrimientos y en este campo figuran las «medicinas marginales o alternativas» siempre que hayan podido demostrar su eficacia. No se nos oculta que en gran parte la favorable acción de estas «medicinas» puede encon­ trarse en la fe y confianza que en ella ponen los propios enfermos; pero es que, en todos los casos, el paciente es una persona y ade­ más doliente, que .requiere ser atendida en su real padecer y en la

PALABRAS FINALES DEL PRESIDENTE

forma de padecerlo.
En este sentido pueden encontrar ventaja las «medicinas alter­

El tema de Valtueña es apasionante. Lo ha hecho espléndidamen­ te y, además, divertido y muy bien presentado. Tan apasionante es que en la Federación Europea de Academias de Medicina, en cuya reunión estuvimos Schüler y yo en octubre, representando a la nues­ tra, se hizo un balance sobre cuál podría ser el tema de la próxi­ ma, qu.e será en Portugal, y cada uno de los representantes de las Academias propuso un tema; salieron tres o cuatro peticiones de que fuera Medicinas Alternativas y éramos doce personas las que pro­ porcionamos temas. Fue, consiguientemente, aceptado y la Junta Directiva acordó encargar esa ponencia a Manuel Armijo y a Luis Pablo Rodríguez para que estudiasen todo este mundo de las me­ dicinas alternativas.

nativas» que, como defiende SÃNCHEZ GONZÁLEZ, han comenzado a denominarse «Medicinas holísticas» considerando el carácter integral del ser humano y la conveniencia del atender la «identidad biopsi­ colögíca» de cada sujeto, sin que esto deba suponer restar valor a la Medicina científica, realmente validada.·

Determinadas prácticas de las «medicinas alternativas» pueden ser consideradas ramas de la Medicina si corren a cargo de médi­ cos que las prescriban y controlen; pero es relativamente frecuente que estas «medicinas» sean dirigidas y practicadas por personas sin formación médica o sanitaria, que solo incurren en «intrusismo» si

Una vez más hemos visto el escepticismo con que se habla, y la educación y la cortesía con que se habla de ellas, pero el fondo escéptico que alimenta las intervenciones de todos los presentes y, sobre todo el acierto de los que han intervenido al subrayar que esa medicina tiene un gran componente empírico y un gran componente humanístico, que es lo que la hace útil para muchos casos conç_re­ tos. Pero es justo que se ponga orden en este asunto y que la me­ dicina científica vaya comiendo terreno a la homeopatía y a las demás formas de medicinas alternativas -no digamos la acupuntu­ ra-, porque si no puede ser un desmadre. Y en ese sentido creo que la Federación Europea· va por buen camino y el criterio de los médicos en general también por muy buen camino.

practican exploraciones o reconocimientos clínicos. Recordemos al efecto que el,Tribunal Supremo, en sentencia dada en 1992, esta­ blecía «dado que estas prácticas no se enseñan en las Facultades de Medicina y no están incluidas en el catálogo de Especialidades médicas, no se requiere título de médico para su práctica». En este caso concreto se hacía referencia al «Naturalismo», pero poco tiem­ po después, el Juzgado Penal n.o 1 de Palma de Mallorca sentencia­ ba: «la práctica del Naturismo requiere la titulación de médico y la

Se levanta la ·sesión.

práctica por otras personas supone delito de usurpación de funcio- nes».

Actualmente varias Facultades de Medicina españolas dan forma­ ción de postgraduado en determinadas «medicinas alternativas» y el Consejo Nacional de Especialidades ha considerado la conveniencia de que determinadas Medicinas alternativas fueran reguladas por la LOPS. y también así lo• ha considerado el Ministerio de Sanidad y Consumo.

Las «medicinas alternativas» atienden esencialmente la subjeti­ vidad del paciente, lo que puede reportar beneficios; pero en nin­ gún caso deben restar valor a la Medicina científica, postponerla o retrasar su aplicación en procesos graves .