EL MASTER DE MEDICINA NATURISTA, ACUPUNTURA Y HOMEOPATÍA DE LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA ORGANIZA UN AYUNO TERAPEÚTICO

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El ayuno,  la forma de curación más potente que hay en la naturaleza, es  una práctica milenaria que ya utilizaron los egipcios, los persas, los mayas,  los hindús….y que incluso  realizaron Moisés y Jesús durante cuarenta días y cuarenta noches, tal y como queda recogido en la Biblia.
Pero  dejar de comer es algo difícil en nuestro estilo de vida actual en el que nos sobrealimentamos para llenar vacíos y calmar ansiedades.  Sobre todo porque no se puede seguir con la actividad habitual mientras suspendemos la ingesta de alimentos y hay que abrir un paréntesis de reposo. Y también  por la  necesidad de intentar acallar también la mente de entrada de ideas y pensamientos intoxicados.  
Con este objetivo y durante este puente, más de sesenta profesionales médicos naturistas valencianos siguen un proceso  de ayuno en un magnífico enclave natural,  Masía San Juan, situada entre Altura y Segorbe. Cuatro días de meditación, respiraciones, rutas por la montaña, formación en terapia de hologramas, masajes, cineterapia y sobre todo, ayuno, en un programa dirigido por los doctores Rafael Torres y Francisco Verdú y coordinado por el doctor Ignacio Martín, como actividad del Máster en Medicina Naturista, Homeopatía y Acupuntura de la Universidad de Valencia.

He vivido con ellos a mi primera experiencia de limpieza del organismo y disfrutado de la experiencia de nutrirme unos días a base de caldos depurativos (verduras de hoja, verdes, raíces…), infusiones (hinojo, tomillo, olivo…) y jugo de manzana natural, pero también de la vitamina D del sol. Conectar con la claridad mental que da el  proceso de deshacerse de los “residuos” que nos acompañan es igualmente interesante.
Pero, ¿cómo abordar este proceso? ¿Por qué es interesante ayunar?  No solo existe  la tradición milenaria. Numerosos estudios científicos prueban que el ayuno reequilibra la salud y reduce numerosos procesos patológicos. Por eso cuando un niño está enfermo lo primero que hace es dejar  de comer. Lo marca su instinto, al igual que hacen los animales. Y en ese periodo de suspender la digestión de alimentos, el cuerpo se centra en la sanación de las partes afectadas.
Uno de estos estudios, llevado a cabo por el Instituto del Corazón del Centro Médico Intermountain (EEUU), prueba que el ayuno reduce el riesgo de sufrir diabetes y  enfermedades del corazón a la vez que reduce los niveles de colesterol elevados en sangre.
Se ha concluido  que las personas tienen un 39 por cien menos riesgo de sufrir enfermedades coronarias, mejora la diabetes y la resistencia a la insulina y hay menos posibilidades de tener hipercolesterolemia.
Durante los días en que no comemos, el cuerpo se alimenta de nuestras reservas. En ese periodo, el organismo libera más colesterol para poder utilizar las grasas como fuente de energía en lugar de la glucosa. Por eso mientras dura  el ayuno el colesterol malo (LDL) aumenta en un 14% y el bueno (HDL) un 6%. Pero, a su vez, cuando se acaba el programa depurativo se han reducido  el número de células grasas en el organismo y, por tanto, las posibilidades de tener un nivel alto de colesterol.
Los beneficios del ayuno son ya visibles aunque se realicen  solo durante 24 horas, en las que sólo se ingieren líquidos y estos no superan las 300 calorías totales. Pero también se pueden seguir programas de 3 y hasta 7 días en los que es interesante conocer qué síntomas se pueden sufrir como efecto de la desintoxicación.
Riñones, hígado, pulmones y piel eliminan más toxinas durante estos días. Por eso, si el nivel de toxicidad por una alimentación inadecuada (mucho azúcar, grasas saturadas, carne…) es más elevado, la salida de las sustancias al torrente sanguíneo provocará malestar alrededor del cuarto día sin comer.
Y  también puede haber mal olor corporal y un sudor espeso. En medio del proceso, también  el cuerpo demandará con fuerza  las sustancias a las que es adicto: azúcar, carne o tabaco (en caso de que  seamos  fumadores), pero pasado este espacio, comienzan las mejorías. Al acabar la limpieza se siente una energía sin precedentes.
E importante es  también saber que al volver a comer hay que tomar alimentos fermentados para repoblar la flora de los intestinos, donde muchas de las bacterias se han eliminado, y reiniciar la ingesta con una dieta vegetariana los primeros días.
Si pueden ser productos ecológicos (cultivados sin pesticidas) y sin aditivos, mejor porque nuestro organismo arrancará con más fuerza la vuelta a las digestiones habituales. Así que buscaros  tiempo y espacio y empezad vuestro ayuno particular.
Limpiar y eliminar siempre atrae cosas nuevas!

Mercedes Morales